Buscar este blog

sábado, 8 de diciembre de 2012

Sobremesa con poesía


El jueves día 6 me invitó Adela  a comer a su casa. Estaba Juan Ferrer, nuestro querido amigo de excursiones por la sierra, y Angel Badía que había venido de Tarragona.
En la sobremesa Angel tocó "Blowing in the wind" con la flauta, nos cantó luego su versión particular :"tranquila mujer, tranquilo chaval, que el amor llegará" . Yo canté la nana que a Adela tanto le gusta: "Land of the silver birch" podeis escucharla pinchando en este enlace:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=7zDTdKRqZ9g
 y Juan nos recitó poemas como él sabe hacerlo: con sentimiento y emoción. Sentí no haber tenido una grabadora a mano para poder tener aquí su voz, espero poderlo hacer en otra ocasión. Mientras tanto aquí está uno de los poemas, "Si supiera, Señor", del poeta cántabro José Luis Hidalgo.

Si supiera, Señor, que Tú me esperas, en el borde implacable de la muerte,

iría hacia tu luz, como una lanza que atraviesa la noche y nunca vuelve.

Pero sé que no estás, que el vivir sólo es soñar con tu ser, inútilmente,

y sé que cuando muera es que Tú mismo serás lo que habrá muerto con mi muerte.

    Hasta pronto, amigos. Espero que sigamos reuniéndonos y compartiendo muchos momentos gratos.



lunes, 26 de noviembre de 2012

San Miquel D'Olérdola y sus vestigios


Es, Sant Miquel d’Olérdola, un pueblo de la comarca del Penedés, pequeño, acaso 350 habitantes, cerca de la villa-ciudad de Vilafranca del Penedés, capital de la comarca. Está ahora. el pueblo,  en un, digamos, llano; ahora porque antes estuvo en un alto fortificado.
Allá fuimos, el domingo 25 de Noviembre, el grupo excursionista llamado GATA( abreviación de Grupo de Amigos de Tony Achón, gran excursionista fallecido en accidente)  y fue un poco como viajar a hace milenios: desde un coche con móvil que habla  avisando de los radares, fijos o no, existentes en la carretera, a una elevación con bellas vistas del entorno y donde hubo un poblado ibérico, luego otro romano y, finalmente una población medieval, que guardaba la parte sur de la Marca Hispánica y que empezó a decaer al avanzar la reconquista y desarrollarse otros pueblos y ciudades.

Desde la Masia- así se escribe en catalán sin acento y se pronuncia como en castellano con acento- Restaurante “El Conill” empezamos la subida, caminando. En lo alto encontramos vestigios del pueblo ibérico según nos cuenta el guía- Josep Urpí-: una muralla en ruina total- cómo si no- y del romano: un gran depósito de agua, que conserva el recinto  y los canalitos, todo en la piedra, por donde iba el agua de lluvia para llenarlo y por donde salía para el uso de los habitantes; y en el depósito están los escalones muy bien conservados por donde se bajaba a él.  Cerca se conserva aún una cantera de piedra.
Lo medieval está un poco más arriba y se conserva, dentro de vestigios de muralla, una iglesia prerrománica bien restaurada con campanario- espadaña en arco que puede ser visigodo, portada románica y nave arqueada, una ventana geminada con arcos estilo visigótico y, en el ábside, dentro, hay un precioso arco de herradura.

Muy curioso es la zona delas tumbas, en que se conservan perfectamente los huecos en la piedra, orientados hacia el Oriente- por Jerusalén?-

También se conservan las oquedades de las bodegas, que el vino es muy importante desde siempre.

Y existen, en lo más alto, restos del castillo y su torre de atalaya.

Ya bajo todo esto, hay un viejo horno de cal, que hay que entrar en él para disfrutar de su vista, como un elevado tronco de cono, subiendo en curva suave.

Se puede llegar también en coche. Ha sido una grata sorpresa, riqueza histórica.  

Ángel

miércoles, 21 de noviembre de 2012

El Barrio de Gracia

Qué magnífico paseo el del sábado 17 de Noviembre por este barrio, que fue pueblo y da nombre al paseo más enjundioso de Barcelona.

Pulcritud en las calles y callecitas- peatonales algunas, como la de Asturias, nombre evocador de las gentes y la belleza del país-; en las plazas y placitas, muy del espíritu de nuestra civilización, greco-romana-mediterránea. Está la plaza de la revolución de 1868, la antiborbónica, liberadora, que hace pensar.   
Sosiego activo, mezcla de relajo y creatividad, con vida. Tiendas puestas con amor, de todo tipo, diferentes, cada una en su estilo. Especialmente, el mercado, llamado de la Abacería, es una concentración de humanidad, en los puestos, que hay de todo, impactante.

 Paseando, encuéntrase uno, sin esperarlo, por ejemplo, con una tiendita llena de cosas de comer donde puede uno tomarse un mojito casero, hecho a la vista, que ameniza el espíritu; tiendas-hornos en que dan ganas de probar la riqueza de panes y pastelería que se ven, de una pinta…; bares y restaurantes de culturas de todo el mundo; pequeñas librerías donde se pueden encontrar libros singulares y, entre ellas, en el Mercado de la Abacería, hay varias en las que los libros- usados claro- valen todos a un euro y nadie hay atendiendo: se coge el libro, que los hay que son joyas, y se deja la moneda en una cajita metálica.
 Así que, cuando vayaís a Barcelona, daros el gusto de pasear por este barrio.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Calzada Romana de Caoro


Para Paloma y para mí fue un verano movido y variado en todos los aspectos. Después de un agitado programa familiar, logramos escaparnos a finales de octubre para hacer una excursión por la calzada romana de Caoro en el concejo de Cabrales. Con un magnífico día y temperatura casi veraniega partimos de Tielve hacia los Invernales de Valfrío donde siguiendo la no muy lograda señalización del parque nacional de Picos de Europa logramos enlazar con los restos de lo que fue uno de los itinerarios estratégicos de las guerras cántabro-astúricas contra Roma. La visión de los Picos de Europa ya nevados y los matices del otoño en hayedos y robledales hizo que la parada en estos parajes fuera obligada y prolongada, gozando del espectáculo.
Continuamos hacia la Majada de Tordín, dando vista a la vertiente norte sierras costeras del Cuera y el omnipresente Cantábrico de fondo.
Lo suficiente para disfrutar y provocar el hambre despues de dos horas de marcha.
Al no tener coche en Arenas volvimos sobre nuestros pasos hacia Tielve, despues de una jornada de disfrute y sensaciones plenas,
Un abrazo a todos. ¡Tenemos que repetirla juntos!

jueves, 20 de septiembre de 2012

Verano del 2012

Ya se acabaron las vacaciones y he vuelto a mis tareas del curso: el apoyo escolar en cruz roja, el comedor Ave María y el taller de inglés. Como novedad, me he apuntado a una coral, y he retomado las clases de piano, a ver qué tal...

El verano, no ha estado mal, la mayor parte del tiempo en Herrera, descansando y disfrutando del clima agradable del norte y teniendo siempre presente a Marcos en mi pensamiento y en mi corazón.

Este año me ha acompañado unos día mi sobrina Trish, que al igual que yo no precisa de fiestas y atracciones para disfrutar y es feliz tomando el sol, leyendo o dando un paseo.  En la foto estoy con ella en la playa del Sardinero, en Santander.

Otro día fuimos a la playa de La Franca, en la parte oriental del concejo de Llanes. Es una preciosidad.

También he disfrutado de la compañía de mi hermano Ignacio, a quien le gusta pasar  todos los años unos días en Herrera y Aguilar y de Rosa y Nacho, que han pasado allí la segunda mitad del mes de Agosto. Mi hija Belén pasó un par de días con su pareja Quique. Les gustó ir a Aguilar que tiene mayor animación que Herrera.

Como ya viene siendo tradición nos reunimos con Paloma y Jesús para tomar una riquísima fabada asturiana servida en el porche de su casa de Bustillo. Era el día 23 de agosto, Santa Rosa de Lima, y mi hermana quiso festejarlo con  pasteles de las monjas de San Andrés de Arroyo. ¡¡Divinos!!

Bueno amigos, espero que os animeis a escribir algo de vuestro verano. ¡A ver si le damos un poco de vidilla al blog!.Os deseo -en especial a los jubilados- que el nuevo curso tengais actividades atractivas que os motiven y ayuden a sentiros contentos.
Un fuerte abrazo a todos.

domingo, 10 de junio de 2012

Cierre de curso en Peñalara


El sábado 9 de Junio hicimos una excursión a Peñalara. El día era magnífico, con temperatura fresca pero agradable. Nos reunimos en Navacerrada con Jesús y Paloma los dos grupos que veníamos de Madrid: Charo, Nuria y Ayo y Ana Durand y yo- Pepa.

 En Cotos dejamos los coches y comenzamos el ascenso hacia la Laguna de los Pájaros. El paisaje era de lujo: la montaña estaba espléndida con el piorno, también conocido como retama, genista... de agradable e inrenso aroma.
En el libro "El Rompimiento de Gloria", de Santiagode Mora-Figueroa, marqués de Tamarón,  aparece este simpático poema que os ayudará a conocer otros nombres con que se conoce a esta planta.



La retama

Echa pringoso retoño
el cambroño.
Un primo suyo más tieso
es codeso.
la cuneta lleva rama
de retama.
Alto crece y retozón
escobón.
Bien apartado del ojo
el tojo.
Corta peor que una daga
la aulaga.
Y con olor a vainilla
amarilla.
Llega el piorno serrano
en verano.



Nuestra meta era distinta, ajustándose a la capacidad de ascenso de cada uno: Nuria y Ayo se conformaron con llegar a laguna de Peñalara, Paloma, Charo y yo llegamos hasta la Laguna de los Pájaros y Ana y Jesús no querían renunciar a coronar el ascenso y continuaron la marcha durante otra hora y cuarto más hasta alcanzar a cima del Risco de los Claveles.
La Laguna de los Pájaros está ubicada en la ladera noreste del pico Peñalara, en la zona central de la Sierra de Guadarrama, en la zona norte del Parque Natural de Peñalara y en el término municipal de Rascafría, en el noroeste de la Comunidad de Madrid.
Esta laguna permanente es de origen glaciar y es una de las más grandes que hay en el Parque Natural de Peñalara. Tiene una forma semejante a una suela de zapato orientada de suroeste a noreste, una superficie de 4.365 m² y una profundidad máxima de 0,5 metros. Está a una altitud de 2.170 metros sobre el nivel del mar, lo que la convierte en la laguna más alta del Parque Natural de Peñalara, y se asienta en una pequeña zona llana al norte del Risco de los Pájaros (2.334 m) y del Risco de los Claveles (2.388 m), el segundo pico más alto de toda la Sierra de Guadarrama.
´Regresamos algo cansados -se van notando los años- pero contentos de haber disfrutado de la excursión, y paramos en Colmenar para tomar una cerveza con Alicia.    

lunes, 14 de mayo de 2012

El encanto del Norte de la provincia de Burgos


En Miranda de Ebro, gran población, al caer de la tarde del 27 de Abril de 2012, confluímos en la estación el grupo: estaban ya allí Altamira, nuestra guía sin par, esencias de Miranda, acompañada de su amiga Merche, y Paloma y Jesús, con su querida Clarita, simpática y espabilada perrita, venidos de Asturias, que esperaron todos la llegada, en el tren de Madrid, de los demás: Pepa, Adela, Alicia y este cronista.
Y Altamira asumió, con inmejorable ánimo, la tarea de llevarnos por estas tierras. En su coche y en el de Jesús y Paloma, por la comarca de La Bureba, de buenos campos, llegamos a Oña, la histórica villa, de notable iglesia y monasterio, habitado por monjes diversos hasta hace poco, lamentablemente no visitable a la sazón debido a obras.
Nos alojamos en una casa rural, llamada “La Judería”, toda para nosotros, que nos apañamos solitos, bien en todo. Oíamos las campanadas del reloj del pueblo, que daba, todo el día, las horas y los cuartos, lo que por la noche era excesivo.
Cenábamos y desayunábamos en esta casa: Altamira no sólo nos regaló su dedicación como guía sabia y competente sino que nos hizo degustar delicias mirandesas, como las morcillitas sumergidas en guiso de tomate, los chacolís, pimientos del piquillo… Y celebramos el cumpleaños de Jesús, el día 28, regando la cena con cava traído de Asturias y antes, en la comida en Frías, en restaurante, hubo una tarta de la casa con velas de los años cumplidos.
El pueblo de Oña tiene su belleza: sus plazas con los plátanos de ramas que se entrecruzan como una especie de emparrado; sus letreros de evocaciones dispares, de lo dulce a lo rudo: de la calle del Pestiño, la de nuestra casa, al Hostal Once Brutos.


Y nos pusimos, el 28, a recorrer estas tierras, con la compañía de la lluvia que acogimos con el mejor espíritu: valle de Tobera con la ermita, románico-gótica, de Santa María de la Hoz, en la montaña erigida, con el río que serpentea abajo y un bonito puente, belleza de lo sencillo.




Y aparece Frías enseguida, con sus casas colgadas, su castillo, el Ebro que anda en las afueras, debajo, cruzado   por dos puentes casi juntos, uno viejo con muchos arcos y torre rectangular en el medio y otro moderno; sus calles empinadas, tejados de color rojizo. Sabor del pasado, de la vieja ciudad, que este título tiene Frías, vivencias del recuerdo, fuente a su vez de vida.
                                                                      


Moderno pueblo de Trespaderne, que cruzamos sin pararnos, con sus calles que denotan vida, y llegamos a la Cascada de Pedrosa de Tobalina, que hay que ver, no nos lo esperábamos: son como unas cataratas sin fama, que forma el río Jerea, un desconocido, que da gusto verlo discurrir por estos campos de colores primaverales.




Iglesia de San Pantaleón de la Losa, más bien una ermita, románica de transición, en lo alto de un monte que sobresale como la proa de un barco y permite ver un amplio paisaje de campos en llano con el serpenteo del Jerea.



Mejor tiempo nos hizo el siguiente día, 29, pues las nubes, aunque a veces descargaron, no nos impidieron el Plan.
Poza de la Sal, recuerdo de las Salinas centenarias-dejó de producirse sal en 1974- y del Doctor Félix Rodríguez de la Fuente, el amigo de los animales, que tanto, y tan bien, divulgó su vida. Conserva restos de un castillo, en un alto, desde el que se divisan bien el pueblo y la amplia llanura. Los recuerdos que digo se visitan con guía, obligatorio, con lo que éste tiene asegurado un rato a un público, auditorio de sus explicaciones y el que nos tocó quiso que fueran graciosas y lo habrían sido de no pasarse en su afán de amenizar. También hay un museo de la radio, dentro también de la visita obligatoria, inesperado e inesperable en estas latitudes, ya norteñas, donde recalan muchos bilbaínos, que animan el pueblo, de calles evocadoras de otras épocas, en que se aprecia influencia vasca, y bien surtido de bares en los que puede uno tomarse un caldito y ver algún póster del Atletic de Bilbao.
Comimos, de mochila y en plan comunitario, en el pórtico de la Iglesia del pueblo de Herranz, de la Parróquia, según el letrero que rezaba de esta guisa, o sea con el acento, encima de la puerta.

Y nos pusimos a caminar, saliendo del pueblito, por el
desfiladero del río Purón, que lo forman las peñas que lo encajonan hasta llegar a un prado jaspeado todo él de pequeñas margaritas, belleza de lo verde moteado de blanco, junto a un  pueblito en ruínas- Ribera-, ya en Álava. 

  .    En el pueblito de “La Aldea del Portillo del Busto”, de escasos vecinos, pueden verse esculturas curiosas y es que aquí viven artistas aunque no vimos más que a un hombre joven y a un perro, al que le dimos de comer porque el joven nos dijo que el perro tenía hambre
Pasamos por otro pueblito, o aldea, Montejo de San Miguel, donde vimos el juego de bolos al estilo de esta comarca, llamada de Las Merindades: se trata de tirar, con una bola de respetable tamaño y que puede pesar más de cinco kilos, unos palos, como de medio metro, clavados en el suelo en línea, y uno más pequeño que se coloca detrás, que sólo cuenta su derribo si antes ha caído alguno de los palos más grandes.
El tercer día, 30, amaneció con cielo azul, y lo aprovechamos bien. Llegamos a la aldeíta de Panizares y, desde allí, empezamos a caminar por el monte para ir a una Tejeda que hay por ahí. Pero nos pusimos a subir, no vimos el camino que iba a la Tejeda y acabamos en la cima del monte, llamado de La Coronilla, con lo que hicimos una señora excursión, de más enjundia montañera que la proyectada.
Después, fuimos a la Hoz de Valdivieso, en el Ebro, espectacular, luciendo una hermosa cascada, y al pueblín de Tartales de los montes, que tiene una fuente con este simpático letrero: Te dejo echar un traguillo si me tratas con cariño.

Tierras frías éstas: incluso en verano, dice una señora en la aldea de Cubilla- de 4 vecinos estables-, a las cinco de la tarde refresca. Pero hay microclimas también, como el del valle de las Caderechas, donde no suele helar y se cultivan cerezos que este año florecieron, nos dicen, hace poco y era muy bonito. Aquí paramos en el pueblín llamado Madrid de las Caderechas, charlamos con una robusta alcaldesa de 81 años y bebimos algo en el único bar existente, el del viejo Tele-Club.
Y el 1 de Mayo dejamos Oña, la casa de la Judería, pero nos quedó la mañana entera para ver cosas: Iglesia-santuario de Santa Casilda, en lo alto de un monte, con frescos en el techo que pintan la vida de la santa, favorecedora de los nacimientos, y, debajo, en lo llano, una poza circular de límpidas aguas;
 Santa Gadea del Cid, donde, según algunos, tomó éste el juramento a Alfonso VI, cosa no segura pues parece más probable que fuera en Burgos, donde también hay una iglesia de esta santa. Es un pueblo medieval, que tiene una buena plaza, con soportales de madera y piedra, y callecitas silenciosas y evocadoras.
Y ya volvimos a Miranda, el punto de partida. Altamira nos llevó a un alto llamado La Picota, donde estuvimos mirando Miranda, singular cruce geográfico y cultural.
Nos permitimos una buena comida en un restaurante de las afueras de la ciudad y nos despedimos, ricos de estos días de cordial convivencia y de ver cosas nuevas e interesantes: los paisajes y el espíritu sencillo y positivo de sus gentes.
Y muchas gracias Altamira.
Ángel Badía

sábado, 10 de marzo de 2012

Excursión por la Barranca hasta el collado de Emburriaderos

Después de varios percances empezamos a caminar una mañana primaveral hoy sábado 10 de Marzo, con la intención de recorrer el valle de la Barranca por su margen derecha

La excursión discurre en principio por la pista de la Barranca, superando los embalses, la zona recreativa de las Vueltas, para abandonarla en la fuente de Mingo por el camino ascendente al collado de Emburriaderos. Se atraviesa el pinar por la ladera este de la cuerda de las Cabrillas (por la ladera oeste de esta misma cuerda discurre la carretera del puerto de Navacerrada)

Una hora y cuarto larga de camino y abandonamos la zona de bosque para acceder a la zona de roca de alta montaña previa al collado. La vista a nuestra derecha comienza a ser espléndida, con la Maliciosa y la cuerda de las Buitreras en primer término, al frente y arriba: la Bola del Mundo. Continuamos ascendiendo durante tres cuartos de hora más y llegamos al collado de Emburriaderos, a unos 2.000 metros de altura.


 Comemos al abrigo de unas rocas que nos protegen del fuerte viento de Norte , dando     vista a todo el sector oeste del Guadarrama entre el puerto de Navacerrada a nuestros pies y las cumbres de El Escorial, pasando por los Siete Picos, Montón de Trigo, Mujer Muerta y el cordal de la Peñota ... ¡¡un lujo de paisaje!! que nos cargado de energía a los siete del grupo: el cronista, muy bien acompañando como siempre por unas cuantas mujeres: Paloma, Pepa, Alicia, Adela, Ana Durand y Ana Menéndez, la fotógrafa del grupo.

Ya de regreso, mientras tomamos un refresco en el hotel de la Barranca comentamos lo bien que ha estado la excursión, nadie se ha cansado  en exceso y hemos disfrutado de un día estupendo.  

lunes, 2 de enero de 2012

Una visión de la montaña palentina al amor de la lumbre

Sentados frente a la chimenea, en la casa de Bustillo, recreamos la excursión recién hecha: Último día del año en el valle de Castillería, Pepa, Paloma y yo, Jesús, -sintiendo la breve ausencia de Alicia que se quedó descansando, afectada por
jaqueca.

Este valle de Castillería, posiblemente uno de los orígenes de la Castilla histórica, se encuentra encuadrado en la comarca de La Pernía, centro de la montaña palentina.

Nos encontramos dando un paseo para cruzar por la cabecera del valle hacia los términos de Perapertú y San Cebrián de Mudá, pertenecientes a la otra comarca montañosa que se denomina La Braña.

Día increíblemente templado para la zona, 8º, con apenas restos de nieve, vamos bordeando por su base el macizo de Valdecebollas y El Cueto, dejando a la derecha el pequeño cordal divisorio de Sierra Corisa, paso frecuente del oso pardo.

Llegamos después de caminar media hora entre prados y bosques al pequeño collado de Castillería, donde se da vista y paso al Valle de Mudá. de regreso al pueblo, el paisaje se nos manifiesta extraordinario: a lo lejos y hacia el oeste los majestuosos Curavacas y Espigüete, con muy poca nieve este año, y por muy poco -los oculta una pequeña loma- no podemos ver los Picos de Europa.

A nuestro regreso enos alegró encontrar a Alicia ya recuperada.

Feliz y venturoso año 2012 a todos los usuarios de este blog y nuestros mejores deseos desde Bustillo.