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jueves, 30 de junio de 2016

Viajes a España: Villanueva de Pría y Puertos de Aliva, Mayo 2016



Cuando Veronika y yo salimos de la A 8 y subimos en coche la carretera hacia Villanueva de Pría a mediodía del 26 de mayo nos vinieron a la memoria las famosas palabras ligeramente modificadas del prefacio a las aventuras de Asterix:
Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Península Ibérica está ocupada por los Romanos….
¿Toda la península? No! Un pueblo poblado de inquebrantables Asturianos todaviá opone y sigue oponiendo resistencia al usurpador.“
Observando la previsión del tiempo empezamos al día siguiente la excursión a Asturias profunda y alta.

Pasamos Potes siguiendo la carretera por el Desfiladero de la Hermida (esta vez con buen tiempo) hacia Fuente Dé.
Pero en vez de subir en teleférico desde Fuente Dé a la estación de arriba, Jesús eligió otra ruta.
Dejamos en Espinama la carretera principal y subimos en modo „todo terreno“ por un camino que nos llevó a Puertos de Aliva donde bajamos del coche en medio de un pasto de alta montaña, cubierto de miles de flores primaverales.



De veras, los de  meteorología no nos dijeron mentiras: Cielo despejado, aire clarísimo y una vista panorámica sin par.
Empezamos subir la cuesta con una máquina quitanieves enfrente abriendo el camino hacia el Refugio de Aliva a través de acumulaciones de nieve tan altas como un hombre.











Veronika y yo paramos varias veces para disfrutar de la vista y tomar fotos – y porque nos sentimos un poco flojos de piernas que todavía no queríamos admitir. 








La parte dura de la excursión (dura para Veronika y para mí) empezó poco después de salir del corral del refugio de Aliva cruzando los primeros manchones de nieve con los montes de la cadena de la Peña Vieja enfrente y el Chalet del Rey a nuestra derecha. 




Gracias a Jesús que no dejó de narrar en los más bellos colores la vista panorámica que nos esperaba en "solamente 50 metros de altura más“ y la perra incansable que nos dio vergüenza, Veronika y yo seguimos luchando hasta llegar a un tramo más fácil y con una vista realmente maravillosa.
Terminamos la subida en un lugar que se llama Horcadina Covarrobres (según recuerdo) exactamente donde el camino bajó hacia el mirador del teleférico y donde las rocas abrieron la vista a un tipo de meseta nevada con lagos glaciales (Hoyos de Lloroza).



En este momento culminante de la excursión un grupo de alumnos de 14/ 15 años con sus profesores españoles invadieron el lugar.
Cuando Jesús se dirigió al profesor encabezando el tropel de alumnos para saber un poco más de donde vienen y por donde van, ése le contestó: Son alumnos franceses y son una plaga bíblica!
Veronika y yo pretendimos no oir la explicación de nuestros guías Paloma y Jesús:  Siguiendo el camino al pie de aquellos montes llegaremos en menos de dos horas a la Cabaña Verónica con vista a todos los Picos de Europa incluso el Naranjo.
 

Pero nos animó oir las palabras: Cosgaya - hotel tradicional El Oso - té de roca…
Comentario del autor:
Yo pensé que el té de roca es orujo diluido con un té de hierbas –algo como nuestro "té a la cazadora“- nada de eso, es un auténtico té, totalmente sano.
Como va más rápido bajar que subir terminamos la excursión una buena hora más tarde sentados en la terraza del “Oso“ tomando el té de roca y Clara moviéndose con mucho cuidado al lado de su nuevo amigo el San Bernardo gigante protector de la casa tumbado junto a nuestra mesa.


Gracias Jesús y Paloma por haber nos llevado a esta parte de Asturias.
Veronika y yo nunca hicimos senderismo en zonas montañosas nevadas tan hermosas.
Propuesta del autor para una excursión con “Todos“: Tomar la opción del teleférico y subir el sendero hacia la Cabaña Verónica y si no podemos más, que Jesús nos explique en detalles lo que no hemos visto en el restaurante de "El Oso“.    






jueves, 23 de junio de 2016

Descubriendo el Maestrazgo

El Maestrazgo es una comarca natural que se extiende por parte de las provincias de Castellón, Teruel y Tarragona. Poca gente puede imaginar que a unos pocos kilómetros al interior de la costa mediterránea se encuentre un paisaje tan diferente: pequeños pueblos pintorescos, bosque mediterráneo bien conservado y un relieve montuoso que invita a la reflexión.
En el pequeño pueblo de San Jordi nos encontramos el día 17 de Junio por la tarde los dos grupos de amigos que acudimos a la excursión: Angel y Pilar, que vinieron de Tarragona y Jesús, Paloma, Adela, Charo y yo, más nuestra Clarina, ¡claro! que fuimos desde Madrid.
Sobre la casa rural en que nos alojamos hubo disparidad de opiniones: a unos les pareció preciosa y a otros horrenda...pero a todos nos encantó la cocina, con su mesa grande y redonda, idónea para disfrutar de amenas sobremesas.
Aprovechamos la tarde para visitar el pueblo de San Mateo, que se puede considerar la capital del bajo Maestrazgo. Destacan su plaza Mayor, la iglesia de estilo gótico y algunos edificios notables con típicas celosías en las fachadas y ventanas geminadas góticas que recuerdan a las de Florencia.

Sábado, 20. Después de un estupendo desayuno con mermelada y bizcocho de Charo, cogemos los coches para visitar los pueblos de la región: Morella, Mirambel, Cantavieja, Iglesuela del Cid y Ares del Maestre. Una vez rebasada la desviación a San Mateo el paisaje se encrespa y la carretera se vuelve sinuosa, nos acercamos al Alto Maestrazgo: olivos, encinas, bancales con pequeñas huertas...bien podríamos decir que esta zona constituye la quintaesencia del paisaje ibérico.

Morella aparece a nuestra vista enclavada en una enorme muela, y rodeada por una muralla medieval. Es un pueblo lleno de encanto, da gusto pasear por sus calles peatonales llenas de pequeñas tiendas que tientan a comprar sus productos artesanales.
Visitamos la Basílica Arciprestal de Santa María la Mayor, edificio gótico de los S. XIII y XIV  con una espectacular escalera de caracol que lleva al coro. Jesús nos sacó esta foto en la bella portada de los apóstoles.



En un recoleto jardín llamado "de los poetas" nos hicimos esta foto de recuerdo.


Después fuimos al restaurante en que habíamos reservado mesa y comimos muy bien en una agradable terraza: croquetas y trufa morellanas, queso y embutido, carne y dulces, todo muy rico.





Nuestro siguiente destino fue Mirambel, en el Maestrazgo turolense. Nos llamó la atención lo desiertas que estaban sus calles y lo bien consevadas y restauradas que estaban su muralla y casonas con portalones dovelados y vetustas rejas de hierro forjado además de llamativos aleros. Mirambel es como una reliquia -monumental reliquia de otra vida y otro tiempo. 

De nuevo en los coches, seguimos ruta hacia Cantavieja: el canto viejo que como bien indica el significado del topónimo, nos aparece en lo alto de un cerro, altiva y dominante, resistiéndose a desprenderse de un pasado noble y esplendoroso.


Toda esta comarca fue reconquistada en el siglo XI e incorporada a la corona por el rey Alfonso II de Aragón. Lástima que un encierro, con motivo de las fiestas locales, nos impidiera disfrutar de la belleza de su plaza mayor, porticada y flanqueada con notables edificios góticos de los siglos XIV y XV.
Ante semejante algarabía y aficionados como somos a unos ambientes más tranquilos, tiempo nos faltó para abandonar con cierta premura el pueblo.
Nuestro siguiente destino, Iglesuela del Cid; para nada se correspondesu nombre – iglesuela, pequeña iglesia- con la magnitud del edificio y la esbelted y altura de su torre campanario. Caprichos de la toponimia a un lado, el viejo caserío de su población se apiña, abigarrado, alrededor del templo, situado todo él en un pequeño valle plano con un apacible entorno de fértiles huertas.



Como última etapa, Ares del Maestre, ya en tierras de Castellón. Visitar Ares es asomarse a un balcón desde su “muela”, la “Muela de Ares”, imponente roca caliza que domina todo el Alto Maestrazgo