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lunes, 16 de octubre de 2023

Fin de verano en Benicàssim (Pilar Pacheco)

 

Tarragona 10 de octubre del 2023


  


He ido recordando los tres “cortos-largos” días de septiembre que vivimos los 8 en Benicàssim:

Ya venía anunciándose el equinoccio de otoño que según los papeles se dio más o menos a las 9 de la mañana del sábado 23 de septiembre, tanto en España como en Alemania.


Y allí, en el Hotel Voramar, aunque olía a verano, en la mar… en el aire…, también se olfateaban aromas del otoño, entre otras cosas, con aquella tormenta que, no por esperada, dejó de ser inesperadamente intensa, tan intensa y hermosa… tan bella: relámpagos que iluminaban el cielo y el mar de este a oeste, rayos cayendo sobre el horizonte, luz en la noche, luego el trueno, los truenos… sólo al final la vehemente lluvia nos metió bajo techo.

Quizá esa tormenta presagiaba el otoño, época de cosechas.

Yo me traje del Hotel Voramar una buena cosecha de imágenes llenas de color, porque casi no había blanco y negro, había azules, rojos, verdes, amarillos, y los blancos y negros, pocos eran, reflejaban sonrisas y actitudes, convicciones, algunas más o menos compartidas, muchas llenas de humor, algunas sorprendentes, las más, alegres, confiadas.

Bajo aquella pagoda de madera, que cobijaba nuestra mesa por las noches, nos aventuramos hasta hablar del perdón, tema serio y profundo, que -según las palabras de Verónica con las que estoy de acuerdo- “libera”.

A otro nivel, más en el cada día, desgranamos política de España, un poco la de Europa, y algo de Alemania. Sí, la política del momento quedó examinada, casi diría yo que sentenciada, quizá mejor, lista para sentencia, o, aún mejor, para llevarla al juzgado, si es que existe un juzgado que la admita.

Nuestra mesa redonda del comedor, desayuno y comida, tampoco se privó de nuestros comentarios variopintos acerca de las cosas de la vida: ratoncitos, mascotas, excursiones, quehaceres…

De sabores variados también hubo cosechas: ensaladas y frutas, espumada la crema catalana, diversos bocadillos, espaguetis, pescados y ¿qué más?





La playa visitada por los más de nosotros: Jesús, con su sombrero, Paloma y Pepa, Adela, fueron asidua/os bañistas, Carmen ¿menos asidua?, Ángel un día. Me parece que Verónica y yo no contamos entre los bañistas, mas todos disfrutamos del aquel rincón cercano a las hamacas, de los aperitivos…

Y los paseos más o menos largos mirando al mar, por los acantilados no muy altos, por el paseo hasta el torreón o hasta el centro del pueblo.



Pasados ¿cuántos días?, en la distancia, me pregunto qué habrá pasado con los ratoncitos de Adela, imagino a Verónica dando sus paseos matinales a la orilla del río con su amiga y vecina, a Jesús y a Paloma sin parar, que no es cosa suya estarse quietos, a Pepa y a Carmen algo más tranquilas.

Aquí en Tarragona continúa la vida con tiempo casi veraniego, hasta hoy que se anuncian tormentas.

Tarragona, 15 de octubre del 2023



viernes, 26 de abril de 2019

Gargantas y Montañas de la Axarquía

 La comarca de la Axarquía se encuentra en Málaga, y su nombre significa zona oriental. Allí hemos pasado cuatro días, del 18 al 21 de Abril, Alicia y yo con el club de montaña Arawak.
Madrugamos para coger el AVE a las 08:30 en Atocha, con destino a Málaga, donde nos esperaba el autocar para conducirnos hasta el municipio de Canillas de Aceituno, al pie de la Sierra de Tejeda. Es un pueblo de calles estrechas, impecablemente encaladas, arcos mudéjares y rincones de flores.
Pasarelas en el Camino del Saltillo
Ascendemos por las empinadas calles del pueblo para iniciar  el recorrido de El Saltillo o "El caminito de la Axarquía", se han construído pasarelas que se asoman al espectacular barranco del río Almanchares. (no apto para quien sufra de vértigo) Hay abundante pino resinero y pino carrasco; retamas, tomillo, lavándula y gran profusión de adelfas y jara de flores rosas. El recorrido de ida y vuelta es de 8 km. con un desnivel de 200 m.

Jara mediterránea

Nos alegramos de poder asistir a los oficios de jueves Santo en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. ¡Nos acordamos de nuestra Adela- Chari!
Subimos a nuestro autocar para ir a nuestro hotel: "Playa Cálida", en Almuñecar, a una hora de distancia. La habitación, muy amplia y con una espaciosa terraza con vistas al mar. La comida buena, variada y abundante. (Aviso a navegantes: Admiten perros.)

Frigiliana
El viernes, día 19, visitamos las cuevas de Nerja y seguidamente comenzamos nuestra ruta: Frigiliana y las gargantas del río Higuerón y Chillar. Frigiliana está situada en la ladera de Sierra Almijara, y ofrece una espectacular  panorámica  de la Costa del Sol. De entramado morisco-mudéjar, está declarada Conjunto Histórico Artístico.
Tras conocer sus bellos rincones, y comprar chocolate buenísimo, caminamos por las hoces del río Higuerón subiendo hasta la cumbre de la Cruz de Félix. La vista es una belleza: los pueblos blancos de Nerja y Frigiliana y el azul Mediterráneo al fondo. El  tiempo cálido y soleado. Descendemos y nos  adentramos, hasta donde las condiciones del río nos permiten, en la espectacular Garganta del Río Higuerón. Eduardo, nuestro guía, nos explica las formaciones geológicas con detalle. 
La marcha es circular, con un desnivel de 430 m. de subida y 610 de bajada -siguiendo el consejo de Alicia llevé bastones para que sufrieran menos las rodillas.  
  

 El sábado, día 20 hacemos una excursión de 10 km. por los pueblos de la Axarquía, recorriendo el fértil valle del río Sayalonga. Se cultiva el aguacate, mango, chirimoya, vid y olivo, pero sobre todo el níspero que tiñe el paisaje de color anaranjado. Visitamos el pequeño pueblo de Corumbela, de tan sólo 300 habitantes, donde destaca el alminar mudéjar y la Fuente del Cid. Vemos luego Sayalonga, con la iglesia también mudéjar de Santa Catalina y su curioso cementerio redondo.
Cementerio de Sayalonga
Santa Catalina
Nuestra siguiente parada es para visitar Torrox. Recorrimos algunas   de sus calles estrechas con paredes encaladas y balcones llenos de flores. Este municipio se precia de tener el mejor clima de Europa. En época andalusí fue un centro de industria de la seda. Entre sus monumentos históricos destacan la Iglesia  de la Encarnación y el Convento de Nuestra Señora de las Nieves.

Almuñecar, faro
 En Almuñecar nos detenemos una hora . Algunos, ya cansados, regresaron al hotel en taxi, los demás recorremos esta bella localidad, con un hermoso paseo marítimo.  Patricia  -una joven de Leganés con quien habíamos coincidido en una excursión al Pirineo francés- tenía interés en visitar el castillo y la acompañé subiendo por calles empinadas hasta allí, mientras Alicia  se quedó en la playa.

Castillo de Almuñecar
  
 Por fin llegamos al hotel, cansadas pero satisfechas y sobre todo hambrientas, creo que nunca había disfrutado de un buffet tan variado y rico en mi vida. La compañía muy agradable, gente simpática y sana, trotamundos y amantes de la naturaleza.
El domingo 21, después de desayunar y meter las maletas en el autocar, Manolo, el experto conductor,  nos lleva por carreteras de vértigo al pueblo de Salaressituado en la ruta mudéjar y forma parte del Parque Natural de las Sierras de Tejada, Almijara y Alhama. Allí  empieza y termina nuestro recorrido. Uno de los principales atractivos de este pequeño pueblo es su puente árabe, de un solo ojo, que se levanta sobre el arroyo Salares. Hacemos una ruta de 7 km con un desnivel de 350m de subida y otros tantos de bajada. Se aprecia el contraste paisajístico entre las zonas de solana y las de umbría.
Terminada la marcha montamos en el autocar  para ir a Torre del Mar. En el trayecto, Emilia, una de la excursionistas, nos sorprendió recitándonos el poema: "Andalucía y su Familia" y se ganó un gran aplauso. Lo he buscado en la red y he averiguado el nombre de su autor, Juan Quesada. Mejor escucharlo en vídeo.  https://www.youtube.com/watch?v=QIM7dv9SEq8&t=19s
Dice así:

Cuando alguien me pregunta que cual es la tierra mía
No digo nunca SEVILLA, digo siempre Andalucía
Pues si Sevilla es la madre que me dio ciudadanía
Las siete otras provincias que forman la geografía
Son por vínculos de raza, o mis tíos o mis tías
Y así tengo una familia con más o menos riquezas,
pero que nadie les gana en la gracia y la belleza.
Mi tío CADIZ, el marinero, flor de la marinería
Con su barquito velero va cruzando la bahía.
Aquel que cuando esta triste, casi nunca se le nota
Ya que remedia sus males
Celebrando carnavales
Con coros y chirigotas.
Mi tía HUELVA la choquera, madrina de Juan Ramón
Plataforma marinera de donde salió Colón
Llevando tres caravelas
Flamenca de blanco y verde
Soñadora y cantarina
Donde la alondra y Valverde
Sonan por las cuatros esquinas.
Mi tía CORDOBA la hermosa, amor de luna y lucero
Sultana de Abderramán, novia de Julio Romero
Que siendo reina y sultana
Se escapó de la mezquita para hacerse cristiana
Mi tío JAEN el minero, hombre flamenco y viril
Siempre mirando la tierra al replandor de un candil
Siempre cantando las penas de su penoso vivir
Mi tío JAEN tiene un niño entre Baeza y Linares
Moreno, verde aceituna color de los olivares
Y una niña, la Cazorla, cruce de sierra y jardín
La que hace muchos años se el ocurrió hacer pipi
Y a lo que largó la niña, le llaman Guadalquivir.
Mi tía ALMERIA la pobre
La más pobre de mis tías
Siempre arrimaita al mar huyendo de la sequía
Pero pronto lloverá, los campos florecerán y llegará un nuevo día.
Que se vuelva la más rica, la pobre mi tía Almería.
Mi tía GRANADA la guapa, viudad de Boabdil
que llora en sus minaretes cantando en el Albaicín
Porque mi seña Grana tiene una pena escondida que la tiene trastorná.
Cuando por la noche canta en la torre de la vela
García Lorca se levanta, la Alhambra se le desvela
Y el Sacromonte le baila al son de sus castañuelas.
Mi tía MALAGA, la bella tan comodita y coqueta
Que tiene por falda el mar y la sierra por peineta
Capricho de sol y luna donde no existe lo gris
Donde el turista extranjero
se tiene que descubrir
aunque no lleve sombrero.
También tengo yo dos primas allá en la costa africana
CEUTA de mi tío Cádiz, MELILLA de mi tía Málaga
Son dos primas muy bonitas que las quiero como a hermanas.
Por esto y otras razones de cariño y simpatía
Cuando alguien me pregunta que cual es la tierra mía
No digo nunca SEVILLA, digo siempre ANDALUCIA.

En Torre del Mar damos una vuelta y comemos pescaíto  en uno de los muchos restaurantes que hay. A las cinco de nuevo en el autocar para ir a Málaga y tomar el Ave de regreso.
Han sido cuatro días bien aprovechados y volvemos encantadas. Seguramente se deba a la edad, pero cada vez me gusta más el sur, sobre todo cuando en la meseta hace un frío invernal. ¿Me estaré convirtiendo en un ave migratoria?😏

En Atocha nos despedimos de algunos compañeros: Paloma y Goyita, que ha compartido con nosotras desayunos y cenas; Martín,  un verdadero "gentleman" que nos ayudaba a cruzar arroyos e incluso a transportar la mochila, Rafael, un riojano de Haro, con gran sentido del humor, Gustavo, el guapetón guía de cola que sufrió el asedio de alguna señora madurita sin dejar de sonreir, Patricia, una vieja conocida...y muchos más. ¡Espero que nos volvamos a ver!

sábado, 15 de diciembre de 2018

En otoño por tierras de Madrid y de Ávila



Fueron un poco más de cuatro días, del 5 al 9 de Diciembre de este año 2018, hermosos días.
En Madrid capital comprobamos cómo sigue siendo el rompeolas de España: el día que llegamos- mi mujer, Pilar, y este cronista- de Tarragona, comimos, con Jesús y Paloma, al estilo gaditano, en un restaurante llamado Lambuzo, palabra referida a las ganas de comer. Y, por la tarde, se mostró Madrid como un rompeolas más amplio, pues en un sitio tan madrileño como El Café Gijón, pedimos, Pilar y  yo, un agua mineral con gas y nos sirvieron la francesa Perrier. Esto ya no nos pareció tan bien pero bueno.
Cenamos en una casa del mejor espíritu madrileño, la de nuestra amiga Helena, que nos había invitado, tan generosa ella como siempre, y nos obsequió con un convite multicultural, espléndido, que nos complació mucho aunque no pudimos dar cuenta de todo lo que nos tenía preparado, de desbordante creatividad. Fuimos cinco pues nos acompañó Carmen, nuestra gran amiga.
Nosotros, Pilar y yo, nos alojamos en casa de Paloma y Jesús, rodeados de mucho cariño y de atenciones, acompañados de Clarina, la deliciosa perrita.
Al día siguiente, Helena se quedó en Madrid y Pilar fue al Escorial a estar con su hermana Charo. Los demás, en el coche de Jesús y Paloma, tan bien conducido por Jesús como siempre, fuimos a Sotillo de la Adrada, en el abulense Valle del Tiétar, donde nos esperaba Adela para ir, todos juntos, a una visita que nos tenía preparada, que prometía y no nos defraudó en absoluto. Fue el Jardín Botánico del Valle del Tiétar, amorosamente creado para disfrutar y aprender de la naturaleza, en un bello paraje, en el término de La Adrada. Nos guió, en la visita, el dueño, alemán aunque nacido en España, cuya familia creó esto y él lo va cuidando,  ampliando y renovando. Nos fue mostrando este conjunto natural, no sólo de plantas y árboles -en una mención rápida: cactus variados, curiosos cipreses, un cedro del Himalaya….- sino también de curiosa fauna, como las gallinas negritas con lunares, un cerdo de monumental tamaño, unos cerditos vietnamitas-negros-, los jóvenes pavos reales que aún no lucen sus brillantes plumas….
Quedamos con una lozanía renovada tras esta visita y, guiados por Adela, llegamos al pueblo de Piedralaves, bien asentado en la falda del monte. Allí nos sentamos a comer en el restaurante “La Tasca”, o el “Taxco”, sencillo y eficaz: Carmen y yo compartimos un chuletón de Ávila, tan chuletón que la mitad que tomamos cada uno resultó mucho. En fin, nos dimos el placer de comer. Luego, caminamos por el pueblo, de casas con sabor rústico, agradable, y subimos -es pendiente el pueblo-: atravesamos el puente sobre un arroyo que baja brioso entre piedras, tan de estas tierras, y subimos hasta las afueras donde volvimos a ver el arroyo, que, tras estar un poco represado, baja con alegría.
De aquí, ya anocheciendo y enseguida anochecido, fuimos a  casa de Adela, en el pueblo de Fresnedilla (Ávila), pequeño pero vivo. Allí nos instalamos Carmen y yo mientras Jesús y Paloma se alojarían, más tarde, en la Casa Rural ”La Senda de los Enebros”, de Borja, hijo de Adela, y Chiru, su mujer. Gozamos de la cariñosa hospitalidad de Adela, que tras un rato de buena charla, nos sacó, para picar, como cena, cositas ricas.
Ya en el tercer día, bien desayunados, pusimos rumbo a Cenicientos, el último pueblo de la provincia de Madrid con el fin de subir a la peña llamada Cenicientos, como el pueblo, que se yergue, la peña, en lo más alto de la montaña. Y hacia ella subimos por un camino apto para coches aunque sólo se permite usarlo a los autorizados. Es una subida continúa, sostenida, pero permite contemplar bellos paisajes: primero, la verde llanura donde está, bien centrado, el pueblo de Cenicientos; luego, según vamos al otro lomo de la montaña, es otro paisaje, más montañoso y, terminada la pista, por un sendero, a las veces dificultoso, llegamos a la cima, a un mirador totalmente despejado, que permite ver amplios y diversos paisajes, desde la Sierra de Madrid, La Pedriza incluida, por un lado, hasta los Montes de Toledo por el lado opuesto.
Fue una señora excursión, un tanto dura. Admirable como la llevó Carmen con una rodilla no del todo boyante.
Comimos en el pueblo, en un bar-restaurante llamado “La Carpintería”, que dan cocido y degustación de cocido -como un extracto de ello-, entre otros platos de diverso acierto.
Paseamos por Cenicientos, de cerca de dos mil habitantes, y nos detuvimos en la iglesia  con notable portada, arcos de medio punto en el interior y un jardín donde sorprende ver a un naranjo y una palmera: ¡en estos lares!. San Esteban protomártir es el patrono del pueblo. Hay otra iglesita, de buen porte exterior, dedicada a Nuesta Señora- o la Virgen- del Roble.
Volvimos a casa de Adela, que nos obsequió, llena de amor, entre otras cosas, con  una ensalada de aguacate con salmón ahumado. Y a nuestras respectivas camas, yo con un caluroso pijama que me prestó Adela, de su hijo Dani, que agradezco especialmente pues el que llevé no era muy adecuado para esta tierra y esta época del año.
El cuarto día, 8 del mes, festividad de la Inmaculada, Adela no quiso faltar a la misa que se iba a desarrollar en el vecino pueblo de La Higuera, al que este mes  le toca tener cura pues no hay un cura para cada pueblo. Y los demás, como un solo hombre, fuimos a la iglesia. Fue una misa cantada con intervención de los fieles y una homilía del sacerdote sobre el misterio de la concepción de la Virgen, que resultó interesante: gustó entre nosotros.
El día era soleado, como los anteriores -una suerte- y nos pusimos a andar por una sierra que hay al lado del pueblo: verdes prados, ovejitas, una vieja cabaña de pastor, a lo lejos la Peña Cenicientos, que ayer subimos.
Y nos dirigimos, después de esto, a la  Casa Rural “La Senda de los Enebros”,  de la que volvimos a admirar su situación en medio de una naturaleza, que tan bien se visiona desde el amplio comedor. Aquí comimos, muy bien, y saludamos a Chiru y a Borja. Todo de lo más agradable.
Nos despedimos, en Fresnedillas, de Adela y los demás -Paloma, Jesús, Carmen y yo- regresamos a Madrid. Jesús llevó a Carmen  a su casa y nosotros, en el hogar de Jesús y Paloma, junto con Pilar, regresada del Escorial, disfrutamos de una bonita cena, de comer y charlar.
Y, finalmente, el día último, 9 del mes, fuimos al Museo Arqueológico andando -sólo Jesús, Pilar y yo, pues Paloma fue a pasear a Clarina-, un espléndido paseo pues cruzamos el Retiro y lo gozamos una vez más. En el Museo nos reunimos con Helena primero y luego también con Paloma. Aquí, entre otras cosas, admiramos la Dama de Elche, La Dama de Baza y la escultura de la cabeza de Lucio Vero, co-emperador romano con Marco Aurelio, tan bien esculpido que hace pensar en un escultor amigo; a Helena le encanta.
Como final, comimos los cinco en el Restaurante Monte Castelo, calle Ortega y Gasset, al modo hispánico, ya divulgado por el ancho mundo, de picoteo, muy bien.
                       
Ángel Badía

sábado, 19 de mayo de 2018

Entorno a Antequera


Fue, éste, un viaje- entre el 11 y el 15 de Mayo- de cultivo de la amistad, algo así como un buen riego, una bella experiencia humana. Las tierras que recorrimos fueron como el argumento de esa experiencia, de ese reencuentro.
Así que vamos a hablar de una relación humana en tierras bellas y cordiales
En Antequera nos juntamos una docena de amigos, venidos de sitios distintos. De Madrid: Jesús C. y Paloma, sabios organizadores; y, por orden alfabético, Alicia, con su dulce castellano-colombiano, Ana, Carmen, Charo, Jesús V, y Pepa. De Alemania, Verónica y Wolfgang, que, al venir a acompañarnos, nos ayudan a valorar lo nuestro. Y de Tarragona Pilar y Ángel, el que escribe.
Y nos aposentamos en el Hotel “Fuente del Sol”-bonito nombre- en pleno campo, en una amable montuosidad, bajo un bello circo de montañas.
Disfrutamos del reencuentro y nos pusimos a seguir, con talante flexible, el argumento de visitas ideado por nuestros organizadores.
Los tres dólmenes de las afueras de Antequera, Patrimonio Mundial de la Unesco en 2016, es lo que primero visitamos, guiados por el joven Ricardo, amable, sabedor y de un particular decir andaluz: el Dolmen del Romeral, el de Vieira y especialmente el de la cueva de Menga, del que nos sorprendió el espléndido pozo de más de 19 metros de hondo, que se descubrió en 2005, acaso obra de los romanos, y en cuya base, en un poco de agua, brilla la luz. Esta visita nos hizo viajar a remotos tiempos y admirar los trabajos que hubieron de hacer aquellos hombres, que actuaban en conjunto, con una organización.
Desde allí vimos la llamada “Peña de los Enamorados” o “ La cabeza del indio”, cuya cima puede verse como el perfil de una persona tumbada. Dicen las leyendas que, desde lo alto de la peña, se tiraron dos enamorados para no caer en manos de sus perseguidores que se oponían a su amor…
Nos llevó luego Ricardo a recorrer la ciudad de Antequera, llena de iglesias, más de 30. La Virgen de los Remedios es la patrona pero la más notable es, nos dijo Ricardo, la Iglesia del Carmen, maravilla del barroco con un magnífico retablo de madera, de pino   blanca, coloreada con el tiempo y  así la vimos, de color rojito.
Notable es también la Alcazaba desde la que se divisa una amplia vista de la feraz vega antequerana.
Por la tarde, salimos de Antequera y llegamos a la Laguna de Fuente de Piedra, donde nos reunimos con Damián, otro joven y agradable guía, Damián, muy deseoso de que viéramos bien aquellas bellas lagunas tan pobladas de vistosos flamencos, para lo que nos prestó todos los prismáticos que pudo. Nos fue llevando de un lado a otro de las lagunas con buenas y sabrosas explicaciones sobre las distintas aves. ¡Qué gusto ver a los flamencos caminar sobre el agua, con qué pausada elegancia!
Al día siguiente, yendo hacia el pueblo de Zuheros, hicimos un recorrido por el campo malagueño cordobés, lleno de montuosidades pobladas de olivos. Zuheros, ya en Córdoba, es un bello pueblo, todo blanco con tejados marrones, que sube entre peñas hasta la base de un torreón erigido sobre una agreste roca.
Yendo a Priego de Córdoba desde Zuheros, paramos a comer, de picoteo, en una especie de mesón en el camino. Es ésta la tierra del salmorejo, que en Antequera lo llaman la porra, ¿para variar? Graciosa fue la palabra remojao para designar una ensalada.
Priego sorprende por su porte de población de solera, animada, viva, con un barrio de encantadoras callecitas, encaladas, limpias, llenas de flores, geranios especialmente, y hermosas placitas. Sus calles tienen bellos edificios y es airosa la plaza del Ayuntamiento. Tiene un castillo en el centro y en uno de sus extremos está el Adarve, una especie de balcón, sobre un promontorio que sube en vertical desde la campiña y desde el que se divisa un plácido paisaje. Por otro lado, caminando por la calle donde nació Don Niceto Alcalá Zamora, se llega a la Fuente del Rey, donde canta el agua con sus numerosos caños y, en medio de las aguas, la efigie de Neptuno.
Pero es la Iglesia de la Asunción lo que más impresiona: de un hermoso barroco, columnas, arcos  y techos en  bello color blanco y, dentro de esta iglesia, la capilla del Sagrario es una maravilla del barroco- no recuerdo uno igual-: se eleva en una preciosa cúpula abovedada, impresionante, de  un blanco que resplandece.
Y, cuando ya nos íbamos, presenciamos el desfile de varios grupos con tambores y trompetas, uniformes vistosos, preludio, parece, de una procesión que vimos anunciada.
Al otro día fuimos al Torcal de Antequera, conjunto de peñas que forman espacios curiosos, interesantes y, a veces, sus formas recuerdan las de algún animal. Hay que verlo, pasearlo. Nosotros, particularmente, disfrutamos de la ilustración que nos dieron las interesantes explicaciones que Charo hacía sobre la marcha, Charo y Jesús.   
Por la tarde, visitamos Archidona, cerca de Antequera, que tiene una Plaza Ochavada muy notable, con vivos nidos bajo los tejados, a los que van y vienen los pajaritos. Y, curioso, hay un convento de monjas de clausura, llamadas mínimas, que venden dulces a través del torno.
Terminamos el día tomando algo en el Parador de Antequera con una bonita puesta de sol.
Bueno, cosas bonitas e interesantes. La gente simpática y amable: nosotros, Pilar y Ángel, no teníamos, el día del  regreso, donde dejar las maletas en Antequera hasta la tarde en que salía nuestro AVE y en el hotel, el Director, puso a nuestra disposición la tienda de su madre en la ciudad, que por nosotros cerró más tarde esa mañana.
Y nos despedimos con el sentimiento de haber regado bien nuestra bella amistad, de dejarla bien floreciente.
                                   18 de mayo de 2018

Ángel


martes, 12 de diciembre de 2017

Camino de Santiago por la costa de Asturias

Tras un breve acuerdo propiciado por los sofocos madrileños, decidimos materializar la idea, anteriormente acariciada, de recorrer el camino de Santiago costero a su paso por Asturias.


El martes 17 de Julio llegan a nuestra casa de Pría procedentes de Madrid y Palencia, Charo, Pepa y Carmen, con ganas de rememorar y caminar por un tramo de lo que fue la ruta de peregrinación más antigua de España. Esa misma tarde, el buen tiempo, la fabada y la sidra nos ayudarían a compensar el posible desgaste de los días siguientes, que tampoco fue mucho...

Miércoles 18, primera etapa con inicio en Bustio, a orillas del Deva, río asturiano y montañés, que sin inclinarse ni por una ni por otra provincia, las separa y las une, para entregarse sin estruendos al Cantábrico en la ría de Tina Mayor.
Ascendemos por una suave loma y camino empedrado en dirección a Colombres. El tiempo ha cambiado y un molesto orbayo nos empapa sin remedio, ¡de poco sirven los paraguas, se mete por todos lados! A la entrada del pueblo nos refugiamos en un bar mejicano.
 Repuestos un poco y algo más secos, aprovechamos para ver el pueblo. Casas de indianos que hablan de un pasado de privaciones y emigración americana; también del éxito de algunos pocos. Hoy Colombres, como toda la comarca oriental de Asturias, explota el turismo como mayor recurso y presenta un aspecto agradable y cuidado. En la foto vemos un detalle de los espectaculares magnolios que adornan el parque en que se encuentra el archivo de indianos.
Salimos del pueblo descendiendo la loma, en dirección a La Franca y su preciosa playa que separa los concejos de LLanes y Rivadeva. El día para nada invita al baño, pero aprovechamos para comer en el restaurante El Mirador de la Franca, al mismo borde del mar.
Por la tarde seguimos dirección oeste, cruzando el río Cabra por un interesante bosque de ribera con frondosa vegetación. Menos de una hora para terminar la primera etapa en la Venta de Santiuste a la entrada de la localidad llanisca de Buelna.
Jueves 19
El tiempo mejora aunque permanezca "toldado". Comenzamos la etapa en Buelna, donde contemplamos una buena muestra de arquitectura tradicional; ventanas y corredores, como dice el cantar, esencia cantábrica.
Antes de incorporarnos a la senda costera (variante más agradable del camino en esta zona) pequeña derivación a la curiosa playa interior de Cobijero, dolina inundada a pleamar por un túnel natural que comunica con la costa. En sus proximidades, Carmen tuvo una caída y se hizo daño en la muñeca. Entre prados pasamos por la bucólica playa de Buelna y el pueblo de Pendueles en dirección a Vidiago. En este pueblo  comimos en el restaurante El Rubio, buen pescado fresco en una agradable terraza terraza con Clarina al acecho. Por la tarde, incorporados de nuevo al camino, seguimos dirección oeste. Siempre muy cerca de la costa llegamos a los bufones de Arenillas, otra de las curiosidades de esta costa singular. Cuesta imaginar la cara de los peregrinos en el siglo XII ante semejante espectáculo. Esa tarde bramaban  pero no como suele ser habitual en invierno.
Al poco tiempo, cruce sobre el río Purón. El pequeño estuario que forma antes de entregarse al mar es una muestra de la vegetación cantábrica sobre suelos calizos.Hay profusión de especies mediterráneas. El lugar invita al sosiego y a la contemplación estética, también a la reflexión y a la espiritualidad.
Fin de etapa en Andrín, uno de los pueblos más bonitos del concejo de Llanes, tomado en verano por los ingleses, saben bien lo que hacen estos británicos.
Viernes 20
El día amanece radiante y decidimos aprovechar la playa en la cercana Cuevas del Mar. El oleaje era fuerte y había bandera roja, así que nos limitamos a chapotear algo en la orilla. Por la tarde, etapa Andrín- Llanes por la espectacular ladera de la cuesta de Cué. Toda la costa a vista de pájaro, playas de Ballota y Cué y entrada a la villa por la ermita del Cristo, el mismo lugar donde los peregrinos divisaban la villa de Llanes antes de entrar en ella.
Sábado 21
Fiesta Mayor en Pría -Santa María Magdalena- Procesión matinal y misa en la capilla de la santa, canta da y con gaitas como manda la tradición.


 Al mediodía se toca el ramo y lucen los trajes de aldeanas y porruanos. A continuación bailes regionales de raíz primitiva que entroncan con algunos cultos pre-cristianos. A las forasteras nos gusta todo este folclore. A la tarde, cuando nos disponíamos a seguir con la fiesta, Carmen se resiente del golpe del jueves y decidimos ir al hospital de Arriondas. Le escayolaron el brazo porque tenía una fisura.



 Domingo 23
Última etapa por esta vez: Llanes- Celorio. Primero la recorremos en sentido inverso por el enorme arenal de la playa de San Martín, con marea baja. Un paraje espectacular y un paraíso para las gaviotas y otras aves marinas. Allí nos reunimos con Jesús Valle y poco después comimos de bocata en el campo sobre la playa de Poó.
Por la tarde completamos la última etapa, desde Poó de Llanes hasta Celorio, por el camino fidedigno, teniendo siempre a la vista la sierra del Cuera. Sobre la playa de Palombina, el monasterio de San Salvador, de los S. XII y XIII, hito importante de esta ruta jacobea, que en estos días hemos recorrido a lo largo de unos 30 kilómetros. Quedamos emplazados para hacer otro tramo: Celorio- Ribadesella, para el próximo año, Dios mediante, esperemos que se pueda cumplir.

domingo, 4 de septiembre de 2016

VIVENCIAS DE SUDÁFRICA




Muchas fueron y trataré de evocarlas de la mejor manera posible.El vario color de la piel de la gente es algo notable; blancos, mestizos, indios, negros- éstos la inmensa mayoría- que conviven sin problemas visibles. Con el apartheid, establecido legalmente a partir de 1949, las leyes distinguían cuatro clases de personas de acuerdo con los diferentes colores de piel, cada una de ellas obligada a una existencia por separado: lugares para vivir diferentes, educación en centros distintos, los de los blancos por supuesto de la mejor calidad y los negros los de peor; los mestizos e indios estuvieron mejor librados. En los bancos de las calles o paseos se veía el letrero”White only”
Se basaba este régimen, en estimar superiores a los blancos, los únicos con derecho a voto, y duró, legalmente, hasta principios de 1990 en que Frederik de Klerk, al asumir el poder, inició su disolución, que se completó en 1994, cuando Nelsón Mandela, liberado de la cárcel, que sufrió durante 27 años, ganó, por amplia mayoría, las elecciones- primeras en que votaron todos los sudáfricanos- y se convirtió en Presidente de la República.
Se extinguió el apartheid en 1994, legalmente pero esta igualdad legal no supuso la igualdad económica: los negros y otra gente de color que eran pobres con el apartheid continuaron siéndolo al finalizar éste. Continuaron viviendo donde vivían, en los llamados townships. Visitamos uno de ellos, de negros, en Ciudad del Cabo, y vimos que existen en él 3 categorías o clases-alta, media y baja-, ya que la economía no la cambió el fin del apartheid y los negros que tenían riqueza continuaron teniéndola y, aunque debían vivir en un township, tenían mejores viviendas, mejor vida, aunque sus viviendas están al lado de las más pobres. Así lo vimos. Adjunto fotos del township. 
El fin del apartheid, pues, no ha cambiado todavía el hecho de que los blancos tengan una posición más próspera que los negros pero ha mejorado las posibilidades de éstos y, así, pueden estudiar en cualquier universidad y reciben ayudas del Estado.
Meritorio ha sido el que no se haya producido una revancha de los negros contra los blancos por haber sufrido tal sojuzgamiento sino que conviven unos y otros y hemos encontrado mucha amabilidad en toda la gente, de todos los colores. Pero el haber sido considerados los de color, los negros principalmente, inferiores, no cabe duda que les ha hecho tener una menor estimación de sí mismos, acentuada por el hecho de haber recibido una educación muy inferior a la de los blancos. En los jóvenes, ya educados tras el apartheid, se observa un nuevo espíritu, de jovialidad y confianza.
Variedad de razas y de idiomas, que hasta 11 idiomas oficiales hay: el inglés domina pero se habla mucho africaner, idioma de los holandeses- Boers-que vinieron aquí y se quedaron, y en Ciudad del Cabo, se hablan mucho dos idiomas indígenas: el Xosha, el idioma de Mandela, que se habla chasqueando la lengua, y el zulú, idiomas oficiales
Otras vivencias han sido el estudio del inglés, paisaje, los vinos, la riqueza de vida animal.
Tuvimos la enorrne ventaja de vivir en el mismo edificio de la escuela; las clases no fueron muy allá pero convivimos con diferentes culturas: negros de Angola, Gabón, Madagascar, Costa del Marfil; gente de Arabia Saudí bastantes, no muy estudiosos algunos; de Brasil. Variado elenco cultural.
Al lado del mar, contemplamos las potentes olas, ondulantes y espumosas; montañas, a veces muy pétreas como la Table Mountain, que, junto con el mar, limita Ciudad del Cabo.
Ésta es una ciudad tranquila, por la que se puede pasear durante el día sin peligro, lo que no sucede en otras ciudades como Johanesburgo. Y, como en otros sitios, llena está de pizzerías y restaurante italianos. Tiene un magnífico, maravilloso, jardín botánico, en el que destaca la protea, bella flor, emblema de Sudáfrica- ahí va fotografiada.     
                

Lo de ver animales resultó muy bien. Desde Ciudad del Cabo, fuimos a Johanesburgo y, en el aeropuerto, nos unimos a un grupo, en un minibús, hasta el Parque Krüger, que ocupa unos 19000 kms cuadrados,en el Noreste, cerca de Mozambique por donde sigue. Ibamos preparados para combatir la malaria pero resultó que ya no la hay, así que no tomamos las pastillas que llevábamos, aunque sí hay mosquitos contra lo que sí nos prevenimos y no tuvimos picadas ni ningún problema de salud.
Nos alojamos en el mismo Parque, cuatro noches, la primera en una lodge con baño y tela antimosquitos y las otras en una tienda sin servicio. Para llegar a ella teníamos que recorrer un trecho por bosque y nos guiábamos, de noche, por la luz de unas bombillas puestas en el camino y, de día, viendo el sitio donde estaban éstas colocadas. Era una pequeña peripecia pero tenía su encanto.
Desayunábamos, tipo breakfast, en el mismo alojamiento y cenábamos también; el lunch solimos hacerlo durante los trayectos, en sitios donde parábamos.
Ibamos, por el parque, en un especie de jeep alto, descubierto, salvo una mañana que fuimos andando con los guías provistos de fusil, por si acaso. Por la noche, se iluminaba el camino por potentes focos. Vimos muchísimos elefantes, impalas- especie de ciervos-, jirafas, cebras, hipopótamos, y especialmente leones, búfalos- con una cornamenta que les recorre toda la frente- y rinocerontes, con cuerno y sin cuerno. Los principales animales son los llamados big five, elefantes, leones, búfalos, y leopardos.



 

 
De todos éstos vimos en el parque salvo leopardos, que no alcanzamos a verlos sino en una especie de clínica para animales, en que estuvimos un día y es notable que los animales que allí entran ya no salen más a la naturaleza porque atacan al hombre.
En el parque no se les da de comer a los animales, que así viven como en la selva, por lo que los carnívoros, como los leones, han de cazar para comer. Nosotros tuvimos la suerte de ver a unos leones comiéndose a una cebra que había cazado y, como tras el festín, se echaban la siesta. Lo vimos todo como a dos metros, desde el jeep.


Vimos también antílopes y avestruces, y probé yo su carne, rica.
Tienen también riqueza de pájaros exóticos, que vimos cerca de Ciudad del Cabo, en un parque- Hout Bay-.y pingüinos haciendo playa


Hicimos otra excursión, la Garden Route, desde Ciudad del Cabo hacia el este, con un grupo de jóvenes, de los que cuatro practicaron el bungee jumping, tirándose desde un puente de más de 200 metros de alto; estuvimos junto a ellos. Fue bello el paisaje y a la vuelta, vimos un bonito panorama de campos amarillos, la colza.
Bueno, habrá que acabar ya, creo que ya es mucho lo contado, lo principal. Gracias por el esfuerzo de leer y deseo que os compense.


jueves, 30 de junio de 2016

Viajes a España: Villanueva de Pría y Puertos de Aliva, Mayo 2016



Cuando Veronika y yo salimos de la A 8 y subimos en coche la carretera hacia Villanueva de Pría a mediodía del 26 de mayo nos vinieron a la memoria las famosas palabras ligeramente modificadas del prefacio a las aventuras de Asterix:
Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Península Ibérica está ocupada por los Romanos….
¿Toda la península? No! Un pueblo poblado de inquebrantables Asturianos todaviá opone y sigue oponiendo resistencia al usurpador.“
Observando la previsión del tiempo empezamos al día siguiente la excursión a Asturias profunda y alta.

Pasamos Potes siguiendo la carretera por el Desfiladero de la Hermida (esta vez con buen tiempo) hacia Fuente Dé.
Pero en vez de subir en teleférico desde Fuente Dé a la estación de arriba, Jesús eligió otra ruta.
Dejamos en Espinama la carretera principal y subimos en modo „todo terreno“ por un camino que nos llevó a Puertos de Aliva donde bajamos del coche en medio de un pasto de alta montaña, cubierto de miles de flores primaverales.



De veras, los de  meteorología no nos dijeron mentiras: Cielo despejado, aire clarísimo y una vista panorámica sin par.
Empezamos subir la cuesta con una máquina quitanieves enfrente abriendo el camino hacia el Refugio de Aliva a través de acumulaciones de nieve tan altas como un hombre.











Veronika y yo paramos varias veces para disfrutar de la vista y tomar fotos – y porque nos sentimos un poco flojos de piernas que todavía no queríamos admitir. 








La parte dura de la excursión (dura para Veronika y para mí) empezó poco después de salir del corral del refugio de Aliva cruzando los primeros manchones de nieve con los montes de la cadena de la Peña Vieja enfrente y el Chalet del Rey a nuestra derecha. 




Gracias a Jesús que no dejó de narrar en los más bellos colores la vista panorámica que nos esperaba en "solamente 50 metros de altura más“ y la perra incansable que nos dio vergüenza, Veronika y yo seguimos luchando hasta llegar a un tramo más fácil y con una vista realmente maravillosa.
Terminamos la subida en un lugar que se llama Horcadina Covarrobres (según recuerdo) exactamente donde el camino bajó hacia el mirador del teleférico y donde las rocas abrieron la vista a un tipo de meseta nevada con lagos glaciales (Hoyos de Lloroza).



En este momento culminante de la excursión un grupo de alumnos de 14/ 15 años con sus profesores españoles invadieron el lugar.
Cuando Jesús se dirigió al profesor encabezando el tropel de alumnos para saber un poco más de donde vienen y por donde van, ése le contestó: Son alumnos franceses y son una plaga bíblica!
Veronika y yo pretendimos no oir la explicación de nuestros guías Paloma y Jesús:  Siguiendo el camino al pie de aquellos montes llegaremos en menos de dos horas a la Cabaña Verónica con vista a todos los Picos de Europa incluso el Naranjo.
 

Pero nos animó oir las palabras: Cosgaya - hotel tradicional El Oso - té de roca…
Comentario del autor:
Yo pensé que el té de roca es orujo diluido con un té de hierbas –algo como nuestro "té a la cazadora“- nada de eso, es un auténtico té, totalmente sano.
Como va más rápido bajar que subir terminamos la excursión una buena hora más tarde sentados en la terraza del “Oso“ tomando el té de roca y Clara moviéndose con mucho cuidado al lado de su nuevo amigo el San Bernardo gigante protector de la casa tumbado junto a nuestra mesa.


Gracias Jesús y Paloma por haber nos llevado a esta parte de Asturias.
Veronika y yo nunca hicimos senderismo en zonas montañosas nevadas tan hermosas.
Propuesta del autor para una excursión con “Todos“: Tomar la opción del teleférico y subir el sendero hacia la Cabaña Verónica y si no podemos más, que Jesús nos explique en detalles lo que no hemos visto en el restaurante de "El Oso“.