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lunes, 16 de octubre de 2023

Fin de verano en Benicàssim (Pilar Pacheco)

 

Tarragona 10 de octubre del 2023


  


He ido recordando los tres “cortos-largos” días de septiembre que vivimos los 8 en Benicàssim:

Ya venía anunciándose el equinoccio de otoño que según los papeles se dio más o menos a las 9 de la mañana del sábado 23 de septiembre, tanto en España como en Alemania.


Y allí, en el Hotel Voramar, aunque olía a verano, en la mar… en el aire…, también se olfateaban aromas del otoño, entre otras cosas, con aquella tormenta que, no por esperada, dejó de ser inesperadamente intensa, tan intensa y hermosa… tan bella: relámpagos que iluminaban el cielo y el mar de este a oeste, rayos cayendo sobre el horizonte, luz en la noche, luego el trueno, los truenos… sólo al final la vehemente lluvia nos metió bajo techo.

Quizá esa tormenta presagiaba el otoño, época de cosechas.

Yo me traje del Hotel Voramar una buena cosecha de imágenes llenas de color, porque casi no había blanco y negro, había azules, rojos, verdes, amarillos, y los blancos y negros, pocos eran, reflejaban sonrisas y actitudes, convicciones, algunas más o menos compartidas, muchas llenas de humor, algunas sorprendentes, las más, alegres, confiadas.

Bajo aquella pagoda de madera, que cobijaba nuestra mesa por las noches, nos aventuramos hasta hablar del perdón, tema serio y profundo, que -según las palabras de Verónica con las que estoy de acuerdo- “libera”.

A otro nivel, más en el cada día, desgranamos política de España, un poco la de Europa, y algo de Alemania. Sí, la política del momento quedó examinada, casi diría yo que sentenciada, quizá mejor, lista para sentencia, o, aún mejor, para llevarla al juzgado, si es que existe un juzgado que la admita.

Nuestra mesa redonda del comedor, desayuno y comida, tampoco se privó de nuestros comentarios variopintos acerca de las cosas de la vida: ratoncitos, mascotas, excursiones, quehaceres…

De sabores variados también hubo cosechas: ensaladas y frutas, espumada la crema catalana, diversos bocadillos, espaguetis, pescados y ¿qué más?





La playa visitada por los más de nosotros: Jesús, con su sombrero, Paloma y Pepa, Adela, fueron asidua/os bañistas, Carmen ¿menos asidua?, Ángel un día. Me parece que Verónica y yo no contamos entre los bañistas, mas todos disfrutamos del aquel rincón cercano a las hamacas, de los aperitivos…

Y los paseos más o menos largos mirando al mar, por los acantilados no muy altos, por el paseo hasta el torreón o hasta el centro del pueblo.



Pasados ¿cuántos días?, en la distancia, me pregunto qué habrá pasado con los ratoncitos de Adela, imagino a Verónica dando sus paseos matinales a la orilla del río con su amiga y vecina, a Jesús y a Paloma sin parar, que no es cosa suya estarse quietos, a Pepa y a Carmen algo más tranquilas.

Aquí en Tarragona continúa la vida con tiempo casi veraniego, hasta hoy que se anuncian tormentas.

Tarragona, 15 de octubre del 2023