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miércoles, 24 de agosto de 2011

Els Colomers sin palomas

Las hubo? Serían otros tiempos. El caso es que, ahora, sólo por el nombre- colomers igual, en castellano, a palomares- vienen a la mente estas aves, símbolo de la paz.

No las echamos en falta, pues hubo mucho que ver, estos parajes son un profundo regalo de la naturaleza: rocas, peñas, árboles de alta montaña, aguas que corren con un bello son. y que se remansan, a veces, formando una maravilla de lagos.

Seis éramos- Alicia, Paloma, Pepa, Jesús, Josep y Ángel- éste el cronista, ya viejo cronista, por edad y por las crónicas que escribió mucho tiempo ha-. Josep era el guía, un lujo, último grito, saber y maravillosa técnica.

En un pequeño microbús subimos, desde “Els Banys de Tredós”, al camino que lleva als Colomers, lagos así llamados..

Camino pendiente, hasta el gran lago-presa, de piedras que incitan a andar saltando de una en otra, de piedra a piedra y sigo porque me toca. También prados, arroyuelos que cantan haciendo una música natural, sin notas. Calor pero el vientecito que aparecía fue una deliciosa caricia..

Aquí, en el refugio, llamado también dels Colomers, se quedó Alicia con los dolores que le quedaron de la proeza del día anterior, y Paloma y Jesús, ya conocedores de la zona, le hicieron compañía.

Y los otros tres seguimos subiendo para llegar, tras coronar una montaña, a la morada de los lagos, unos siete, claros, espejeantes, colorido distinto producido por el sol, que no nos dejó. Tampoco el vientecillo, más presente aquí arriba, un regalo que nos protegió del calor y nos hizo .sentir como un cordial saludo por todo el cuerpo.

Espacios despejados, siempre con sol. Para sentarnos a tomar algo deseábamos la sombra y no había árboles. pero sí una roca inclinada formando una cavidad ideal para nuestros deseos. Fue Josep el que la vió en el momento oportuno y allí pudimos comer sin calor ya, hasta alguno, como yo, tumbarse para una pequeña siesta.

Y, en uno de estos bellos lagos, con dos islitas, una en cada extremo, nos dimos un baño de pies hasta la rodilla, experimentando el frescor agradable del agua.

Y seguimos hasta regresar, por un camino circular, al punto de partida, acompañados por otras gentes, de aquende y allende el Pirineo

20 de agosto de 2011

ÁNGEL

2 comentarios:

  1. Gracias por tu crónica, Ángel. Me ha hecho rememorar las sensaciones vividas en tan hermoso paraje. Un abrazo

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  2. Muy bonita la cronica, como no pude ir por mi rodilla que estaba lesionada, he podido captar la belleza que describes. Recuerdo tus cronicas antiguas, que las podemos volver a leer en el libro de Amigos de la Sierra.
    Un abrazote
    adela

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