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lunes, 23 de mayo de 2011

Tarde de Mayo


A nuestra amiga Ana Durand le gusta rezar el rosario un día del mes de mayo y suele quedar con alguien. Este año fui yo quien tuvo la suerte de compartir con ella un rato de charla y oración en este hermoso santuario de Shönstatt, que yo no conocía. Es un lugar de silencio y paz.¡Increíble, hallándose tan próximo a la Castellana!
En el jardín hay sillas para quien desee sentarse un rato y así lo hicimos Ana y yo después de visitar la pequeña y acogedora capilla.
La dirección es Calle Serrano, 97. Metro Gregorio Marañón
Si tenéis ocasión no dejéis de visitarlo. ¡os gustará!

No dejéis de leer el comentario de Ana, su devoción mariana es conmovedora

3 comentarios:

  1. En las grandes ciudades también hay lugares de paz. Este parece ser uno de esos casos. Entre un océano de edificios con sus más diversas funciones, aparece de repente un oasis de paz en el que rezar y elevar la mirada al cielo, a ese horizonte al que el hombre dirige su mirada a la búsqueda del Infinito.

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  2. Dicen que cuando se acude con fe a un Santuario Mariano, uno escucha los latidos del corazón de la Madre.
    Es una experiencia muy gratificante acudir a rezar el rosario en mayo, ante una advocación de la Virgen pues se comprueba que uno siempre sale un poquito mejor, aunque sólo sea por haber hecho algo que sabemos que a Ella le gusta y nos ha pedido insistentemente en muchas de sus apariciones.
    Y compartirlo con alguien a quien aprecias es todavía más gratificante. A veces hay que vencer los pequeños inconvenientes de falta de tiempo, de organización y hasta de inercia o pereza para ponerse en marcha pero una vez superados, comprobamos que salimos ganando con creces.
    El rosario es una oración estupenda, de gran tradición en la Iglesia y recomendada insistentemente porque arregla todo, nuestras dificultades interiores y exteriores, la paz del mundo, de las familias, etc. Yo pienso que es la oración de los niños, por su sencillez, de los poetas, por su cadencia y la belleza de sus invocaciones y alabanzas, de los enamorados, por ese volver a empezar repitiendo siempre lo mismo sin cansarse nunca y de los hijos que saben que aciertan seguro con ese regalo a su Madre.
    Schönstatt, el Santuario donde estuvimos, es un pequeño oasis al alcance de la mano; llegando casi al ruidoso paseo de La Castellana, uno se ve envuelto en una sinfonía de verdes, cantos de pájaros, aromas de flores y sobre todo de calma y tranquilidad, como si el tiempo se detuviera durante un rato. Parece incluso que respiramos el aire de otro Madrid.
    Besos. a todos, Ana.

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  3. Hola, me ha gustado mucho vuestros dos comentarios sobre el rosario, gracias Ana, gracias Ignacio. Me viene el recuerdo de mis peregrinaciones a Lourdes y Fatima, alli en la gruta arrodillada y muy cerquita de la Virgen con mi rosario rezandola muy bajito y hablando con ella de mis cosas. La Virgen te conforta,te ayuda en este camino de la vida.A los niños de catequesis, les digo que tienen dos mamas, una la de la tierra y otra la mama del cielo. Una experiencia que he tenido en las peregrinaciones,es conocer a personas que han sido muy importantes en el caminar de mi vida espiritual, la Virgen da muchos regalos.
    Un abrazo
    adela

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