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martes, 12 de diciembre de 2017

Camino de Santiago por la costa de Asturias

Tras un breve acuerdo propiciado por los sofocos madrileños, decidimos materializar la idea, anteriormente acariciada, de recorrer el camino de Santiago costero a su paso por Asturias.


El martes 17 de Julio llegan a nuestra casa de Pría procedentes de Madrid y Palencia, Charo, Pepa y Carmen, con ganas de rememorar y caminar por un tramo de lo que fue la ruta de peregrinación más antigua de España. Esa misma tarde, el buen tiempo, la fabada y la sidra nos ayudarían a compensar el posible desgaste de los días siguientes, que tampoco fue mucho...

Miércoles 18, primera etapa con inicio en Bustio, a orillas del Deva, río asturiano y montañés, que sin inclinarse ni por una ni por otra provincia, las separa y las une, para entregarse sin estruendos al Cantábrico en la ría de Tina Mayor.
Ascendemos por una suave loma y camino empedrado en dirección a Colombres. El tiempo ha cambiado y un molesto orbayo nos empapa sin remedio, ¡de poco sirven los paraguas, se mete por todos lados! A la entrada del pueblo nos refugiamos en un bar mejicano.
 Repuestos un poco y algo más secos, aprovechamos para ver el pueblo. Casas de indianos que hablan de un pasado de privaciones y emigración americana; también del éxito de algunos pocos. Hoy Colombres, como toda la comarca oriental de Asturias, explota el turismo como mayor recurso y presenta un aspecto agradable y cuidado. En la foto vemos un detalle de los espectaculares magnolios que adornan el parque en que se encuentra el archivo de indianos.
Salimos del pueblo descendiendo la loma, en dirección a La Franca y su preciosa playa que separa los concejos de LLanes y Rivadeva. El día para nada invita al baño, pero aprovechamos para comer en el restaurante El Mirador de la Franca, al mismo borde del mar.
Por la tarde seguimos dirección oeste, cruzando el río Cabra por un interesante bosque de ribera con frondosa vegetación. Menos de una hora para terminar la primera etapa en la Venta de Santiuste a la entrada de la localidad llanisca de Buelna.
Jueves 19
El tiempo mejora aunque permanezca "toldado". Comenzamos la etapa en Buelna, donde contemplamos una buena muestra de arquitectura tradicional; ventanas y corredores, como dice el cantar, esencia cantábrica.
Antes de incorporarnos a la senda costera (variante más agradable del camino en esta zona) pequeña derivación a la curiosa playa interior de Cobijero, dolina inundada a pleamar por un túnel natural que comunica con la costa. En sus proximidades, Carmen tuvo una caída y se hizo daño en la muñeca. Entre prados pasamos por la bucólica playa de Buelna y el pueblo de Pendueles en dirección a Vidiago. En este pueblo  comimos en el restaurante El Rubio, buen pescado fresco en una agradable terraza terraza con Clarina al acecho. Por la tarde, incorporados de nuevo al camino, seguimos dirección oeste. Siempre muy cerca de la costa llegamos a los bufones de Arenillas, otra de las curiosidades de esta costa singular. Cuesta imaginar la cara de los peregrinos en el siglo XII ante semejante espectáculo. Esa tarde bramaban  pero no como suele ser habitual en invierno.
Al poco tiempo, cruce sobre el río Purón. El pequeño estuario que forma antes de entregarse al mar es una muestra de la vegetación cantábrica sobre suelos calizos.Hay profusión de especies mediterráneas. El lugar invita al sosiego y a la contemplación estética, también a la reflexión y a la espiritualidad.
Fin de etapa en Andrín, uno de los pueblos más bonitos del concejo de Llanes, tomado en verano por los ingleses, saben bien lo que hacen estos británicos.
Viernes 20
El día amanece radiante y decidimos aprovechar la playa en la cercana Cuevas del Mar. El oleaje era fuerte y había bandera roja, así que nos limitamos a chapotear algo en la orilla. Por la tarde, etapa Andrín- Llanes por la espectacular ladera de la cuesta de Cué. Toda la costa a vista de pájaro, playas de Ballota y Cué y entrada a la villa por la ermita del Cristo, el mismo lugar donde los peregrinos divisaban la villa de Llanes antes de entrar en ella.
Sábado 21
Fiesta Mayor en Pría -Santa María Magdalena- Procesión matinal y misa en la capilla de la santa, canta da y con gaitas como manda la tradición.


 Al mediodía se toca el ramo y lucen los trajes de aldeanas y porruanos. A continuación bailes regionales de raíz primitiva que entroncan con algunos cultos pre-cristianos. A las forasteras nos gusta todo este folclore. A la tarde, cuando nos disponíamos a seguir con la fiesta, Carmen se resiente del golpe del jueves y decidimos ir al hospital de Arriondas. Le escayolaron el brazo porque tenía una fisura.



 Domingo 23
Última etapa por esta vez: Llanes- Celorio. Primero la recorremos en sentido inverso por el enorme arenal de la playa de San Martín, con marea baja. Un paraje espectacular y un paraíso para las gaviotas y otras aves marinas. Allí nos reunimos con Jesús Valle y poco después comimos de bocata en el campo sobre la playa de Poó.
Por la tarde completamos la última etapa, desde Poó de Llanes hasta Celorio, por el camino fidedigno, teniendo siempre a la vista la sierra del Cuera. Sobre la playa de Palombina, el monasterio de San Salvador, de los S. XII y XIII, hito importante de esta ruta jacobea, que en estos días hemos recorrido a lo largo de unos 30 kilómetros. Quedamos emplazados para hacer otro tramo: Celorio- Ribadesella, para el próximo año, Dios mediante, esperemos que se pueda cumplir.

1 comentario:

  1. Por fin me entregó Jesús la tan esperada crónica de nuestra semana de Julio en Asturias recorriendo un primer tramo del camino de Santiago. ¡Más vale tarde que nunca! Siempre es grato rememorar nuestra excursiones y los buenos ratos compartidos con los amigos. Jesús, amante fiel de su tierra,narra con precisión y cariño nuestras vivencias de esos días.

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