En un llano
se alza Chicago, y nunca mejor dicho lo de se alza porque sus
edificios son altos, rascacielos muchos, uno, el Willis Tower tiene
103 pisos y otro, el John Hancock Center, 94, al cual subimos, a 30
kms hora, en el ascensor y vimos la amplia llanura con el lago
Michigan, que es como un mar, y el enjambre de las altas
arquitecturas. En medio de la ciudad corre el río Chicago, de
limpias aguas, que su trabajo costó pues fue pestilente en el
pasado.
Yendo en barco por el río, se recorren los rascacielos, uno del ahora famoso, espero que por poco tiempo, Trump, por sus aspiraciones presidenciales y destaca otro destinado a aparcamiento, como puede verse en la foto de las torres redondas.
Pero también hay edificios bajos, bastante majos, algunos diseñados por el famoso arquitecto local, Frank Lloyd Wright, y otros en lo que se llama el viejo Chicago.
No lejos de la ciudad- se va en una especie de metro- está, rodeado de amplio jardín, el baihai, templo destinado a todas las religiones según la idea de un religioso persa, bello edificio en una de cuyas columnas puede verse una cruz gamada bajo una estrella de David
Nosotros nos
alojamos en casa de una señora, a través de la school
en el piso 42, último de un edificio junto a un parque, Lincoln
Park, apartamento con un salón amplísimo, como de 150 metros,
vistas espléndidas y lleno de obras de arte, cual un museo. Con
nosotros, dos italianos no estudiantes, ya conocidos o amigos de la
señora.
La casa, con
500 apartamentos, es un mundo: porteros, servicio de seguridad,
lavandería, lo que se llama aquí un condominio.
La ciudad,
de gente amable- te suelen decir, como despedida "Have
a nice day!"-, podemos decir que es en parte
hispana, pues hay mucha gente de Hispanoamérica y se encuentra uno
con muchos de nuestra lengua, hablada a veces con una dulzura y
cadencia distinta de la nuestra, lo que es un gusto. Algunos letreros
e indicaciones, como en los autobuses y trenes locales, están
también en castellano.
Gente de
diferentes razas y culturas: blancos, negros, asiáticos, europeos.
La cultura italiana está muy presente: establecimientos, productos
en el super, en que se echa de menos más oferta de los españoles,
muy escasa proporcionalmente: una pena, para ellos y para nosotros.
Se siente
uno seguro andando por la ciudad, son gente cívica, aunque se ve
algún mendigo. Tienen sus pasiones por el deporte: el baseball, el
futbol-aquí es una especie de rugby, el fútbol nuestro se llama
”soccer”- En los
bares suele haber varias pantallas de tele, grandes, retransmitiendo
diferentes deportes. De baseball hay tres partidos a la semana,
viernes, sábado y domingo, del equipo de aquí, los chicago-cubs:
intentamos ir un día pero nos informaron mal de la hora y llegamos
cuando salía la gente; solo pudimos ver el ambiente de alrededor
del estadio. Fue una pena, sin embargo, no poder ver un partido, que
son, dicen, un espectáculo.
Es una
ciudad de mucha actividad cultural y accesible a la gente: en el
llamado Milenium Park, en pleno centro, ha habido todas las semanas
en Agosto, varios conciertos gratis y de calidad: música clásica y
jazz. Y pueden verse sentados en sillas o tumbados en la hierba. Por
cierto, los conciertos de música clásica fueron dirigidos por
Carlos Kalmar, director de la Orquesta de RTVE, conocido de los
conciertos de fin de semana en TVE. Y, en uno de los de jazz, dirigió
una chica joven, tipo esbelto, de color, mandando con sus manos,
delicioso verlo. Con mucho orden todo.
Museos hay
unos cuantos, el más notable el CHICAGO ART INSTITUTE, grandes
tesoros: principalmente, pintura impresionista y moderna- en ésta,
Picasso, Dalí, Chagall y muchos más- Fuimos dos veces.
Por la
ciudad, en una plaza-Daley Plaza- hay una escultura de Picasso y otra
de Miró, muy populares.
Muy notable
es el Acuario, en el que destacan las rayas, de diferentes colores,
algunas permitiendo que el público les acaricie el lomo, cosa muy
novedosa.
Es ciudad de
Jazz, muchos sitios, en algunos la gente bailando con la música, y
de blues, éstos con intérpretes de color mayormente y muy vividos
por el público.
La
gastronomía, como no extrañará, no es el fuerte de Chicago: domina
la comida rápida. Pero hacen una pizza maravillosa, que ni en
Italia, reconocido por italianos: es una pizza muy recia y de sabrosa
pasta, la Pizza Giordano, por el nombre del restaurante en que la
ponen y la distribuyen, en su caso, a domicilio.
De
Al Capone no hay museo, como es natural, pero se le recuerda: en un
restaurante, nos dijo el camarero que allí se alojó “el brazo
derecho de Al Capone”
Gracias Ángel por contarnos tus impresiones sobre Chicago,
ResponderEliminarNuestro amigo y su mujer, Pilar han estado en esta bella ciudad el pasado mes de agosto.
Hola Ángel, caray donde has estado..., impresiona mucho esos edificios tan altos. Chicago pensé que sería de otra forma más tradicional.
ResponderEliminarBueno lo importante es, que os lo habéis pasado muy bien y podéis hablar en ingles un poquito más. Te confieso que de después de ver Chicago creo que me quedo con Madrid, parece mas tranquilo.
Gracias por tus comentarios, y tus fotografías.
Un abrazo
adela
Me alegró de que vuestra estancia fuera agradable y provechosa para aprender inglés con toda clase de acentos.
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