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jueves, 14 de agosto de 2014

Excursión por el Valle de Estós y el Valle de Batisielles

Este año volví al Pirineo Aragonés, después de varios años sin visitarlo,  Fui con Jesús y Paloma y la inseparable Clarina.
Nos alojamos en Cerler en Casa Cornell, dónde ya habíamos estado otras veces.
El día 5 de Agosto, fecha de mi cumpleaños, hicimos nuestra primera excursión al Valle de Estós y de Batisielles.
Comenzamos la marcha a las 10 h. con un tiempo de claros y nubes. Remontamos siguiendo el curso del río Estós, contemplando los colores turquesa y agua marina del agua que caía con fuerza. La vegetación de ribera, con profusión de avellanos, tilos, fresnos y algún arce y sotobosque predominante de boj.
Según se asciende van apareciendo las cimas que bordean el valle: a la derecha, el imponente macizo del perdiguero, con abundantes neveros perpetuos y al fondo el Puerto de Chistau, paso natural al valle de Plan.A mitad del valle nos desviamos a la izquierda, subiendo por un bosque de hayas, buscando el pequeño y recóndito valle de Batisielles. Después de una subida de una hora larga, salvando un desnivel de 400 metros, por fin llegamos al ibón pequeño de Batisielles. El paisaje es de cuento, digno de un cuadro romántico de Friedrich: las agujas del Perramo y los abetos del valle se reflejan en la laguna...
Descendemos por temor a que se desarrolle una tormenta y tomamos nuestro picnic en una bella pradera alpina cuajada de flores: lirios, saxifragas, clavelinas y alguna flor de Lis.

La bajada un poco dura para mí porque me dolía un poco la rodilla derecha, pero enseguida se me pasó la molestia.
Cenamos en Cerler, en la terraza del restaurante La Picada donde se agradecía el calor de las brasas de la parrilla. Terminamos la velada con un brindis: ¡Salud!

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