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martes, 13 de septiembre de 2011

Viaje a Islandia de Ángel: volcanes, glaciares, ríos, mar

Mal empezamos, 27 de Agosto: retraso de 6 horas el avión de Easyjet a Londres, de donde íbamos a ir a Reykiavik en un avión de la compañía islandesa. Pero, luego, llegados a Islandia, con retraso que no nos alteró los planes, todo fue bien, muy interesante. A ver cómo lo cuento.
Eramos sólo cuatro el grupo: Aurora, Marusa y yo, conocidos, y Thea, holandesa, amiga de Aurora y Marusa. Nuestro guía fue siempre Alfonso, hijo de Aurora, jefe de los guías de Tierras Polares, empresa que proporciona estos viajes.

Los cuatro, con unos cuantos años vividos pero con una estupenda juventud, un espíritu deportivo magnífico porque el diseño del viaje no era para cómodos.
Dormiámos en literas, con saco de dormir, compartiendo habitación- al principio todos en la misma; después, pasados 3 días, el elemento masculino tuvo una habitación no compartida- y, en el campo, la cabaña en que pernoctamos un día no tenía luz y hubimos de alumbrarnos con linternas frontales compradas en España por indicación de Alfonso.

   Llevábamos en el coche provisiones varias compradas en Reykiavik y, con ellas, nos hacíamos el desayuno, comíamos    de  pícnic y, por la noche, en la cabaña, refugio o albergue, tomábamos manjares que cocinaba el grupo, especialmente Marusa, cuyo saber fue asombroso- cada día nos hacía un plato distinto y delicioso- y Alfonso, que hizo unas estupendas barbacoas, de salmón. y de cordero.

Alfonso y los cuatro salimos de Reykiavik, donde habíamos dormido, el 28 y empezamos la ruta, en una furgoneta 4x4, diestramente conducida siempre por Alfonso que hizo, con saber y coraje, frente a imprevistos diversos, de nuestro coche- dos veces pinchamos- y de los de. otros guías, como jefe de ellos que era. Los caminos recorridos eran de variada textura, a veces íbamos por pistas de lava; otras por carreteras buenas, de un material que no es asfalto sino algo así como gravilla volcánica que se derretiría si la temperatura llegara a 25 grados, cosa nunca vista allí.

Islandia, que quiere decir Tierra de hielo, pues eso significa Is en islandés, tiene más de 100.000 km2 y sólo 300.000 habitantes, la inmensa mayoría en Reykiavik y su entorno. Así que se pasa por muchas zonas sin población. No se ven tampoco árboles en kilómetros y kilómetros, pues es tierra volcánica y de glaciares. La agricultura sólo se practica en invernaderos. Únicamente se ven por las montañas ovejas que van a su aire, pastando- hierba hay-, no en rebaños; alguna
cabra, vacas y caballos a veces, que aquí los hay autóctonos.
Nuestra ruta fue por el Sur del país.




 Visitamos una falla que separa, geológicamente, Europa de América






Luego, fuimos a una zona llamada Geyser, de donde viene esta palabra. Aquí sale humo de la tierra y, a intervalos, columnas de agua hirviendo...










 La cascada Gullfoss es impresionante. En la foto que aporto estamos Alfonso, Aurora, Thea y Marusa y yo .











Esta noche nos alojamos en la cabaña sin luz que he dicho, en pleno campo.








El paisaje que íbamos viendo era curiosamente bello, de tierra volcánica con montañas, a veces formando figuras que hacían funcionar la imaginación, como se ve en una de las fotos;






ríos- algunos vadeados con el coche-, glaciares, ..










Paramos, ya 29 Agosto, en un llano entre montañas, llamado Landmanalaugar, e hicimos algo de trekking. Hay aquí aguas termales, y nos bañamos en unas piscinas de este tipo, naturales, poco profundas, bien al aire libre, agradable.

Dormimos en un refugio salvo Alfonso que lo hizo en una tienda de campaña de la empresa. Refugio de habitaciones con muchas literas pero con el grupo tuvieron la atención de darnos una habitación para nosotros cuatro sólo, con dos literas abajo y dos arriba, éstas sin escalera de acceso. No había servicios en el refugio, así que había que salir al exterior, a otro edificio, para aliviarse. Y a mi me ocurrió que, a altas horas, salí de la habitación con este fin y me encontré bajando la
escalera dos bellas jovencitas en bragas y sostén que iban, tal cual, al frío exterior, a un sarao que allí había. Y al volver de hacer mi alivio, encontré a otra belleza, con el mismo indumento, que iba dando trompicones y se habría caído si yo no la sostengo. Me pidió que la guiara al sarao exterior y allí la encaminé. De esto no hay fotos.



El tercer día, 30 de Agosto, nos llevó Alfonso hacia el mar pasando al lado del glaciar Vatnajökull- jokúll es glaciar en islandés- que tiene más de 8000 km2 aunque, en esta época, no es todo hielo.




                
   















El 4º día, 31 de Agosto, hicimos un recorrido por el glaciar en un barco anfibio, con ruedas, por donde es agua. Disfrutamos de la belleza de los icebergs.

Vimos otro glaciar y, al caer de la tarde, fuimos, a la costa, donde el pueblo llamado Vik, a ver unos curiosos pájaros, blancos y negros, cual pingüinos, llamados frailecillos. y los vimos, encaramados a los acantilados.     

Volvimos, el día siguiente, por la mañana, al mismo sitio, para verlo mejor, especialmente un arco que forman las rocas por el que puede pasar un barco, y vimos el bravo mar islandés con las playas de arena negra, volcánica. El viento era fuerte- a mí se me llevó las gafas, que las recuperé, menos mal- y las olas eran tan grandes que nos advirtieron de no acercarnos al agua porque, si nos alcanzaba una ola, se nos llevaba. Vimos más glaciares y cascadas.

Nos alojamos en otra cabaña, que tenía jacusi. Y cenamos estupendamente, como otros días, hoy cordero islandés, en barbacoa.hecha por Alfonso, 2ª cena de cordero en estilo distinto, pues ya lo habíamos probado antes al horno oficiando entonces Marusa y Thea.




 
 
 
 
El 2 de Setiembre, 6º día de excursión, pusimos rumbo a Reykiavik y paramos en la bella cascada de Hurridafoss, en el río Pjörsa, con un pescador en el agua a ver si cogía algún salmón.



Paramos a visitar una central geotérmica, que aprovecha la energía del vapor que sale de la tierra.









  
 Luego, en el núcleo ciudadano, es muy notable la catedral luterana, de original arquitectura, como muestra la foto, en la que se ve, difusa,  la estatua  de Leif Erikson- hijo de Eirk, llamado El Rojo-, que, allá por el año 1000, llegó, al mando de una expedición, a Norte América, por donde Terranova, tierra que llamaron Vinland sin muchos motivos y la abandonaron al cabo de pocos años, hacia 1013 parece, entre otras cosas porque los indios de allí no acabaron haciéndose amigos.
Reykiavik es una ciudad animada con grupos de jóvenes divirtiéndose jugando en sitios  espacio.. Tiene puerto y lago con patos y otras aves nadando en él. 
 Mirando al mar destaca la escultura de un barco vikingo, su esqueleto, llamado Sun Voyager (Viajero del sol), del artista Hon Gunnar Arnasonn.

Los fines de semana hay una especie de rastro en una nave cerrada, cerca del puerto, donde se vende de todo, con mucho orden, Allí fuimos los cuatro el 7º día de excursión, 3 de Setiembre por la mañana..





Por la tarde nos llevó Alfonso a un complejo de piscinas termales, llamado Blue Lagoon por el color del agua, muy organizado- se accede con una pulsera, que es como el ticket, y con ella se abre y cierra la cabina del vestuario individual.

Y ya el 4 de Setiembre salimos de Reykiavik, regreso feliz. Yo compré, en el aeropuerto, un licor típico islandés, Brennevin, recipiente pequeño, como una petaca, y me dieron de regalo un DVD de Islandia.. Y en Londres me detectaron esta bebida en el control de equipaje de mano, les expliqué y me lo dejaron llevar con una amable y simpática expresión. Detalle de comprensión y humanidad.

Ángel Badía

1 comentario:

  1. ¡Qué maravilla de viaje, Ángel! De los que a mí me gustan, con aventura, disfrute de paisajes y en familia...
    He disfrutado mucho leyendo tu crónica y viendo las fotos.Gracias por compartirlo con nosotros.
    Si hay errores en la edición dímelo, siempre se puede corregir.

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