Nos ganamos la comida, que fue extraordinaria. el ajiaco colombiano, bogotano, obra del afecto y pericia de Alicia, que merece toda la gratitud, que le doy interpretando el sentir de todos.
Y, por la tarde, a la vieja Tarraco, que, para verla, hubimos de atravesar la cabalgata de Carnaval: mucha historia, a veces en forma de arte; bellas arcadas, la catedral como centro. Y el Mar Mediterráneo a nuestros pies, amplia y bella vista nocturna, en la que no faltó el notable anfiteatro.
En fin, que seguimos cultivando la amistad con buenas cosas.
Sí que estaba rico el ajíaco, prueba de ello es que todos repetimos. Gracias Alicia, por madrugar para prepararlo.
ResponderEliminarEncantada de que os guste este plato colombiano.
ResponderEliminarYo disfruté mucho de las excursiones y de la compañía.