Pilar ha redactado esta crónica de nuestro reciente encuentro en Ordesa
Como cuando volvimos de Benicasim, ahora también al volver de Ordesa tengo dentro de mi un montón de imágenes y músicas, de palabras y de silencios, de gestos siempre amables y cordiales que hicieron no sólo posibles estos días sino también interesantes y gratos.
Veronika, aunque bastante silenciosa, siempre atenta a detalles que quizá podían pasar desapercibidos a otros, de pronto exclamaba: ilos iris!
Otras veces se la oía decir como para sí misma: ¡Impresionante! En otras ocasiones, sin decir nada se fijaba en detalles llenos de encanto.
Pepa que no se arredró ante nada a pesar de estar magullada por una infortunada calda, tuvo que pasarse sin cenar el día de la llegada porque el restaurante el Duende ofrecía platos fuertes típicos de la zona.
Habla venido con Jesús y Paloma pasando por las iglesias prerrománicas del Serrablo y nos enseñó las fotos con su admiración hacia esa belleza sencilla que seguía en pie al cabo de los siglos. Siempre suavemente, dulcemente, alegraba los caminos con su interés por todo lo que salía a nuestro encuentro.
Jesús el conocedor del territorio, demostró su gran paciencia adaptándose a la marcha de los más lentos y buscando siempre nuevas posibilidades para ir a algún sitio interesante sorteando las lluvias y otros impedimentos.
Paloma, tan animada y alegre como siempre contando junto a Jesús sus andanzas por los impresionantes acantilados que nos rodeaban.
Ángel estaba contento de estar con los amigosy yo, Pilar, disfruté de la calma de mi marido y de la cordialidad e interés de todos.
Carmen, estuvo en nuestras conversaciones y en nuestros corazones, y cuando supimos que la visita al médico de su hijo, causa de que no viniera, había sido positiva, nos dio una alegría.
De Adela nos faltaba su presencia, pero se había puesto enferma y como dijo Ángel "ad imposibilia nemo tenetur"
El Hotel Silken Ordesa, nos despistó porque no aparecía la palabra Silken por ningún sitio, pero, gracias al GPS de Veronika, llegamos después de pasar por Ainsa y Boltaña.
Poco más tarde llegaron los de Madrid.
En el Hotel nos atendieron con amabilidad, sobre todo en la cafetería donde antes de dormir nos tomábamos infusiones y cola caos. Había una camarera aragonesa muy simpática.
Nos solíamos reunir en el hall presidido por un gran quebrantahuesos disecado y una maqueta con Los picos de Ordesa, que Jesús y Paloma conoclan bien. Y desayunábamos en el estupendo buffet que ofrecia una gran variedad de posibilidades.
Tuvimos una gran tertulla en el salón del hotel en la que Jesús nos contó su tremenda experiencia con el barco Maria Alejandra y como en otras ocasiones hablamos de todo, incluida la decadencia de occidente.
El sábado salimos hacia la pradera de Ordesa con intención de subir... lo que se pudiera. Algunos habrían subido quizá sin problema hasta las Gradas de Soaso, pero otros-Angel y Pilar- íbamos despacio y los buenos andarines con gran paciencia aceptaron nuestro ritmo.
El paseo fue muy bonito con el sonido del Río Arazas, las cascadas y las vistas de los acantilados rocosos en lo alto, entre hayas, algunos robles, grandes avellanos, algún espino albar, algún tilo, fresnos, toda la vegetación en plena primavera y brillante por las lluvias caídas.
Volvimos a comer al hotel, pero se celebraba allí una primera comunión de las de ahora, de las que parecen una boda por todo lo alto y nos indicaron el bar del camping del hotel, que estaba al lado. AlÍ nos sirvió unos platos combinados un colombiano muy amable.
A continuación, Jesús, el mejor conocedor de la zona, nos condujo hacia Bujaruelo por un camino precioso, al Lado del rio Ara, bajo acantilados rocosos. Intentamos llegar en el coche por el camino estrecho y lleno de baches, pero la luvia desaconsejaba seguir.
Nos fuimos a dar un paseo por Broto, al que llaman "puerta de ordesa", con un edificio que parece Iglesia -aunque no encontramos la puerta de entrada- y también es antigua prisión,En el paseo al Lado del rio estaba la Pizzeria Tea donde oenamos unas buenas pizzas y menos mal que llegamos antes de la hora programada porque al salir habia una cola enorme de gente joven esperando para poder entrar.
Al día sigulente: Oto, Viu, paisajes y construcciones de la zona en ameno paseo.
Sí, hacía ya un tiempo que teníamos ganas de reunirnos con los amigos y Angel tomó la iniciativa pensando que el mes de mayo, ya entrados en la primavera, podía ser un buen momento para volver a pasar unos días juntos. Propuso ir a Ordesa -un hermoso contraste de paisaje respecto a nuestra última reunión en Benicasim en el Meditarráneo del 17 al 20 de mayo. Con el acuerdo de todos hizo la reserva en el Hotel Silken Ordesa consiguiendo un buen precio.
Pero al acercarse la fecha todas las páginas del tiempo en internet daban lluvia y se propuso cambiar el lugar, sin embargo eso suponía perder todo lo pagado en el Hotel porque Angel, al hacer la reserva, había conseguido un precio que no admitía devoluciones. Y se aceptó el lugar... a pesar de que todas las páginas de Internet daban lluvia. Sí, fueron unos día muy gratos, a pesar de que todas las páginas de Internet daban lluvias. Y también a pesar de las lluvias... porque los amigos hicieron que fueran unos días muy gratos.
Gracias amigos desde Tarragona, 4 de junio del 2024.